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Acapulco

@LuisH_Fernandez @cipmexac

Luego de la caída de Tenochtitlán, Fray Toribio de Benavente escribió: “La séptima plaga fue la edificación de la gran Ciudad de México”.

Yesta cita viene al caso ya que el pasado 25 de octubre el corazón de los mexicanos se llenó de dolor, al ver el tamaño de la catástrofe en Acapulco. Para dar una idea de la magnitud, en el sismo del 2017 en la Ciudad de México colapsaron 38 edificios, mientras que en Acapulco hoy por hoy el 23 por ciento de toda la superficie está destruida, de acuerdo con la Red Mexicana de Científicos por el Clima (REDCiC), lo que equivale a mil 420 edificaciones en destrucción completa y 2 mil 800 dañadas o con algún tipo de afectación.

Sin embargo, la atención inmediata a la tragedia implica un gran desafío. El mayor reto será vivir con las consecuencias y con la reconstrucción, pero el periodo más delicado es ¿qué pasa mientras se consolidan estas reparaciones?

Miles de personas no podrán trabajar al no estar los hoteles e instalaciones turísticas funcionando: guías, hoteleros, taxistas, cocineros, meseros, camareras y toda la gama de empleos que dependen del turismo. Además, tendremos el gran reto de garantizar educación a la brevedad a todos los niños del estado.

Guerrero es hoy un asunto de seguridad nacional, no sólo por el dolor y la necesidad de reconstrucción, sino por las consecuencias que puede traer para la gobernabilidad en todo el país.

Las tragedias de este tamaño siempre van emparejadas con movimientos y generan un gran estrés a la gobernabilidad y son de consecuencias inusitadas. En México tenemos el ejemplo de Guadalajara, cuando después de las explosiones de gasolina en las alcantarillas en 1992 se generó un cambio político que significó el fin del PRI en esa entidad.

En la Ciudad de México, el sismo del 85 redefinió la política en la Ciudad, sobre todo el proceso de reconstrucción iniciado por el Lic. Manuel Camacho, sin embargo, en otras latitudes tenemos ejemplos preocupantes.

Por ejemplo, el terremoto de 2010 en Haití, uno de los más devastadores de toda la humanidad y que dejó casi medio millón de muertos y 1.5 millones de damnificados, demostró la incapacidad de respuesta del Estado haitiano y llevó al país a un estado de vulnerabilidad, del cual aún no se recupera después de 13 años.

La alteración en el ya enrarecido tejido social de Guerrero y la posible diáspora que genere, serán asuntos a seguir en los próximos meses. Por eso es muy importante y oportuna la respuesta del Presidente López Obrador, que a los 7 días de la tragedia, presenta un plan de reconstrucción y los incentivos fiscales para realizarlo, además de la respuesta humanitaria que se está dando. Por eso, por el bien de todos, hay que darle prioridad a Guerrero.

Es muy importante y oportuna la respuesta del Presidente López Obrador, que a los 7 días de la tragedia, presenta un plan de reconstrucción y los incentivos fiscales para realizarlo, además de la respuesta humanitaria que se está dando. Por eso, por el bien de todos, hay que darle prioridad a Guerrero.

Caminando por la calle de mi casa, en un mercado, un negocio decidió colgar una bolsa negra con forma de silueta humana con cinta adhesiva alrededor, con un mensaje escrito en un cartón: “Esto les va a pasar a los que me caen mal…”

Inmediatamente desde que vi esa figura, inevitablemente vienen a mi cabeza todos los actos delictivos que se han dado a conocer por el narcotráfico en México, asimismo, recordé a las familias que han sufrido por desaparición forzada donde cada día, cómo las madres buscadoras salen con la esperanza de encontrarles. El Sol de México mencionó que “la base de datos de la Comisión Nacional de Búsqueda (CNB), que se alimenta con información de las 32 fiscalías y procuradurías estatales, informa que, durante el primer trimestre de 2023, se contabilizaron 2,963 casos de personas desaparecidas.” Y también diversas noticias sobre la localización de cuerpos en bolsas, una de ellas, a principios de año en Irapuato. (El Universal, 2023)

Muchos de estos crímenes son sostenidos por el crimen organizado, en concreto, en el narcotráfico. Replicar estos actos de violencia no construyen la paz en México, todo lo contrario, la normalizan y la aceptan; al mismo tiempo, es un acto de indiferencia a las personas que uno de sus familiares les pasó algo similar o incluso, a las personas que tienen un daño psicológico porque viven en un ambiente donde estos grupos criminales están presentes en el lugar donde viven. Por lo tanto, debemos reflexionar sobre cómo los actos delictivos perpetrados por diversos cárteles que han perturbado la paz en nuestro país están alterando nuestras tradiciones mexicanas. Según datos de ANPEC citados en El Economista en 2023, al menos el 50 por ciento de la población mexicana coloca altares de muertos, el 15 por ciento visita el panteón y el 34 por ciento de los niños y niñas salen a pedir dulces o calaverita durante esta festividad. Esto demuestra que esta temporada del año tiene un gran impacto en nuestro país y que cada año está siendo modificada por la aprobación de cada uno de nosotros. ¿En el futuro nos gustaría que esto represente nuestras tradiciones y el ser mexicano?

Analisis

es-mx

2023-11-03T07:00:00.0000000Z

2023-11-03T07:00:00.0000000Z

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