“COPIA CERO”

cía Agraz y creo que su hermano Carlos también, porque estaban editando una película, un corto y yo estaba dando clases”, asegura en entrevista Alejandro Pelayo cineasta y actual director de la Cineteca Nacional.

Él recuerda detalles precisos. “Me dijo José Luis que estaba saliendo humo de la Cineteca. Nos fuimos a asomar y, efectivamente era humo que estaba saliendo de la sala Fernando de Fuentes, pasaron unos minutos y vino la explosión”.

-¿Qué fue lo qué pasó?

“Un corto circuito en la sala, que se pasa a las bodegas donde indebidamente tenían películas de nitrato. Por la negligencia de doña Margarita López Portillo que se le dijo que eso no podía estar ahí, vino una explosión por el nitrato. Hay dos versiones: es probable, eso sí no sé con certeza, que las películas de nitrato las tenían atrás de una pantalla principal o que bajó el cortocircuito hasta la bodega donde estaban las películas de nitrato y explotó”.

Pelayo recuerda que llegó al lugar, Jorge Durán Chá

LA SOMBRA DEL CAUDILLO, la cinta del director Julio Bracho, fue una película prohibida, de la cual el negativo fue destruido por el Ejército, se había mandado una copia a Checoslovaquia y gracias a esa copia se pudo restaurar la película. Sabíamos que “la Sombra del Caudillo” estaba ahí

(en la Cineteca), apunta Alejandro Pelayo.