106 aniversario de la Constitución mexicana

El pasado 5 de febrero se conmemoró el 106 aniversario de la promulgación de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos (1917). Fue la concreción jurídica de las demandas, particularmente sociales, de la Revolución.

Nuestra Carta Magna generó las condiciones de pacificación y reconciliación del país después del movimiento armado iniciado en 1910. El pueblo de México se identificó a sí mismo en ella, debido a que no solo es un documento jurídicamente rico, sino también porque ha sido el producto de las luchas históricas de la población, de su identidad, de sus expectativas, así como de sus fortalezas y grandezas.

Cabe recordar que la Revolución se esforzó por sensibilizar a los Constituyentes de Querétaro acerca de la necesidad de cambios y propuestas sociales, y no únicamente individuales o liberales, como lo contemplaba la Carta Magna de 1857. De ahí que los logros en materia social de nuestra gesta revolucionaria fueran de los más adelantados en su época. La Constitución de México fue incluso anterior a la de Weimar, de 1919, la cual establecería, después, esta modalidad de lo social en el ámbito del derecho positivo europeo.

Además de la consagración del sufragio efectivo y la no reelección; la confirmación del régimen presidencial de gobierno, el federalismo y el municipio libre, nuestra Constitución estableció la justicia social en toda su magnitud. La reforma agraria; la recuperación para la nación de los recursos y riquezas naturales para el desarrollo; la educación pública, laica y gratuita; la salud, y los derechos laborales fueron reclamos que se convirtieron en logros de nuestro pueblo. El derecho social a nivel constitucional comenzaría su andar, además de que influiría en diversas cartas fundamentales latinoamericanas y europeas.

No obstante, en la actualidad estos logros aún no se han alcanzado del todo, y ya es impostergable redoblar esfuerzos para ello. Así, en este gobierno, el Estado de bienestar se amplificó por medio de la pensión universal para personas adultas mayores, becas para estudiantes de bachillerato, apoyo a quienes viven con alguna discapacidad, así como con el forta

Además del

trabajo pendiente para que toda la población pueda reivindicar y disfrutar plenamente de los derechos plasmados en la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos de 1917, incluidos los sociales, los retos en el cumplimiento de la ley y del Estado de derecho se deben abordar en forma permanente.

lecimiento del derecho a la educación, y de la salud gratuita y universal.

Los avances en materia social deben continuar, acompañados de su observancia en la realidad, a través del respeto al Estado de derecho, así como de las leyes que le sirven de soporte, las cuales tienen que converger siempre con lo justo. Si algo es legal, debe también ser justo, y viceversa, lo justo debe ser igualmente legal.

La observancia del Estado de derecho plasmado en nuestra Constitución política nos implica a todas y a todos, pues hace referencia a la igualdad, la seguridad jurídica y la justicia, entre otras prerrogativas, como algunas de las grandes causas de México.

Lo anterior significa —por ejemplo— que si los derechos de las personas son violentados, habrá mecanismos para subsanar las afectaciones producidas. Si existe tolerancia ciudadana al delito y propensión de la población y las autoridades a pasar por encima de la ley, se genera un ambiente de criminalidad.

Asimismo, se requiere pleno compromiso con el fortalecimiento y la promoción de la cultura de la legalidad desde la más temprana edad, tanto en las instituciones como en las comunidades, involucrando a escuelas, madres y padres de familia, e iglesias, entre otros actores de la sociedad.