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Daniel Melquiades Godoy Quiroz

“Tarde te amé, hermosura tan antigua y tan nueva, tarde te amé. Tú estabas dentro de mí y Yo fuera, y por fuera te buscaba y me lanzaba sobre las cosas hermosas creadas por Ti. Tú estabas conmigo y Yo no estaba Contigo. Me retenían lejos de ti todas las cosas, aunque, si no estuviesen en ti, nada serían.

Llamaste y clamaste, y rompiste mi sordera, brillaste y resplandeciste y pusiste en fuga mi ceguera. Exhalaste tu perfume y respiré y suspiro por Ti. Gusté de Ti, y siento hambre y Sed. Me tocaste y me abrazo en tu Paz”. San Agustín de Hipona.

Estamos por cumplir 2 años de esta pesadilla o pandemia Covid-19, popularmente llamada coronavirus, su primer caso fue identificado en diciembre del 2019 en Wuhan, en la República Popular de China, llevando a la fecha 4, millones 953, mil quinientos cinco seres humanos que han fallecido en el mundo y tan solo en México el número oficial es 285, mil novecientos, cincuenta y tres personas fallecidas. Y hablando de otros casos difíciles que atraviesa nuestro país, es el alto índice de violencia que se desató en los últimos años dejando a la fecha un promedio de 96 homicidios dolosos por día, sin contar el gran número de desaparecidos.

Se puede numerar un sinfín de casos difíciles que atravesamos en la cotidianidad de nuestra vida, entre una realidad de duelo, frustración y decepción vemos un panorama ensombrecido en el país. Y detrás de las múltiples soluciones que podríamos discutir y analizar por salvar y recuperar una sociedad que pueda operar una vida cotidiana entre la paz y la armonía. Hoy quisiera detenerme en la necesidad de vida interior, donde el ser humano pueda llevar una vida más reflexiva, espiritual e introspectiva para construir una sociedad más civilizada, educada y sobre todo donde se pudiera llevar una fraternidad más solidaria.

Afirma el filósofo Martin Buber que existe un eclipse de Dios de igual forma que existe un eclipse solar y la hora que nos toca vivir es una hora de tiniebla. No debemos olvidar que somos seres espirituales y las emociones más profundas que se desprenden de la belleza y la paz solo se pueden apreciar espiritualmente. No podemos quedarnos en la perspectiva de un mundo materialista y deshumanizado, en una sociedad completamente fragmentada en vínculos emocionales, sentimentales y sólidos.

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2021-10-24T07:00:00.0000000Z

2021-10-24T07:00:00.0000000Z

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