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La superstición, resabio genético Dicen los

que saben que la superstición, del latín “superstitio” – creencia extraña a la fe religiosa y contraria a la razón, según la Enciclopedia de la Lengua; o bien el exceso en las medidas de una cosa, o creencia ridícula llevada al fanatismo, según otros – es un resabio primitivo de nuestra mente, alucinada ante los hechos inexplicables que habitan cada día en las profundidades de lo desconocido.

Un resabio es un vicio o una mala costumbre que se adquiere, que deja un sabor desagradable. Hay quienes suponen que la superstición intenta aliviar el sufrimiento de los más desvalidos anímicamente porque es un producto de nuestro proceso evolutivo, inseparable del equipaje genético.

Aunque son creencias sin ningún tipo de evidencia científica, el concepto no siempre engloba todo lo que no es científico Se afirma que, lejos de ser mitad simios y mitad ángeles, desgarrados entre los instintos egoístas que nos arrastran hacia abajo y los impulsos piadosos que nos empujan hacia arriba, los seres humanos somos herederos de características que han evolucionado a lo largo del tiempo.

Muchos se preguntan si en verdad son extrañas las costumbres, los gestos y los tics provenientes de sucesos inexplicables. Temor a los gatos negros, a pasar por debajo de escaleras o a derramar sal son algunas de las supersticiones más comunes. Es habitual tener una de estas fobias, lo sorprendente es tenerlas todas, como el cantante colombiano Juanes. El escritor y dramaturgo inglés W. Somerset Maugham tenía grabado el símbolo del mal de ojo en la repisa de la chimenea y lo hizo imprimir en sus libros. El matemático y filósofo francés Blaise Pascal llevaba cosidas en el forro de sus trajes, inscripciones que creía eficaces contra la duda y la desesperación. A lo largo de los siglos muchos han sido los personajes históricos que han basado sus decisiones en sus supersticiones más arraigadas. El miedo a la noche de Julio César, el temor a los gatos negros de Napoleón Bonaparte o la aversión al número 13 de Winston Churchill son prueba de ello.

No cabe duda de que la frontera entre la superstición y la excentricidad es muy fina y en muchas ocasiones, lo que empieza como la primera acaba con la segunda. No tendría yo espacio para enumerar algunos, solamente algunos de los resabios y temores de personajes famosos. ¿Cuestión de ignorancia? ¿Temor al fracaso o a lo desconocido? Mi respuesta es que las supersticiones son pensamientos equivocados.

Análisis

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2023-06-03T07:00:00.0000000Z

2023-06-03T07:00:00.0000000Z

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