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Baños neutros, más que letreros “incluyentes”

En los últimos años se ha escuchado hablar en más de una ocasión de la creciente tendencia de incorporar, dentro de establecimientos abiertos al público en general, lo que se conoce como baños neutros o mixtos; sin embargo, no es mucha la información disponible en torno al tema, por lo que resulta preciso abordar algunas consideraciones en torno a lo que son, así como algunos de los problemas a los que se enfrentan quienes asumen el compromiso de implementarlos.

Los baños neutros o mixtos, consisten en espacios sanitarios de uso público disponibles para el uso de cualquier persona con independencia de su sexo biológico, su identidad de género o expresión de género. Es, en esencia, una medida que busca procurar espacios accesibles, seguros e incluyentes para la comunidad LGBTTTIQA+, especialmente de las personas trans, queer, y de aquellas con expresiones de género diversas mediante la eliminación del sexo (hombre/mujer) como una categoría relevante para distinguir en el acceso a este servicio.

Quienes se encuentran a favor de esta medida, argumentan como principal razón en la que descansa la necesidad de su implementación, en que la comunidad LGBTI, en especial las personas género diversas, no cuentan con espacios seguros en el que puedan atender a sus necesidades biológicas primarias sin verse propensas a sufrir discriminación y violencia; pues, cuando optan por usar sanitarios asignados al sexo femenino se ven potencialmente expuestas a sufrir conductas discriminatorias por parte de mujeres cisgénero, quienes negando la identidad o expresión de género autopercibida de aquellas, les agreden y excluyen en el uso de esto baños; mientras que de forma similar, de preferir la utilización de baños asigados para hombres, les coloca en situaciones de riesgo inminente de sufrir violencia verbal, física e incluso sexual por parte de los usuarios de dichos baños.

Por su parte, quienes se oponen categóricamente a la incorporación de estas acciones de inclusión, en muchos de los casos sustentan su postura en consideraciones que de una u otra forma se vinculan a los conceptos de la moral, el pudor, e incluso la higiene; argumentos que, sin pretender descartar precipitadamente su validez, deben ser estimados con especial cautela, pues lo cierto es que aún y cuando en apariencia pudieran presentarse a primera vista como justificaciones razonables, en la mayoría de los casos, y de formas casi imperceptibles, hallan su verdadero fundamento en la estigmatización que gira en torno al género, en la intolerancia, y en el rechazo de la diversidad basado en la simple y desafortunadamente ordinaria práctica de reprochar todo aquello que es diferente.

Con independencia de lo anterior, existe por lo menos un argumento en contra de la incorporación de esta medida que, en atención al alarmante contexto de violencia que se vive en nuestro país, vale la pena atender; y es que algunas personas, principalmente mujeres, han manifestado su desacuerdo con relación a la eliminación de la separación de sanitarios conforme al sexo, pues reconociendo la especial vulnerabilidad en la que viven, misma que las mantiene sujetas a la permanente amenaza de sufrir violencia motivada por el simple hecho de ser mujeres, consideran que la implementación de esta medida supondría poner en peligro su integridad y seguridad al verse expuestas al riesgo de sufrir agresiones, principalmente de carácter sexual, por parte de los hombres con los que habrían de hacer uso compartido de las instalaciones como consecuencia de esta medida.

Nos hallamos pues, frente al dilema de que por un lado resulta imperante saldar la deuda histórica que se tiene con las y los miembros de la comunidad LGBTTTIQA+ de garantizar en su favor la existencia y el acceso a espacios públicos libres de discriminación, a lo que pareciera contraponerse la no menos importante necesidad de salvaguardar la integridad y la seguridad física y psicosexual de las mujeres, reconociendo el contexto generalizado de violencia que viven día con día.

La lucha

por la conquista de nuevos espacios implica asumir el serio compromiso de propiciar en todo momento a su correcta y razonada incorporación para salvaguarda de los derechos de las personas que se busca proteger.

Sin embargo, asumir el compromiso de promover la creación de espacios libres de violencia y discriminación en favor de la comunidad, no es algo que deba tomarse a la ligera, ya que de una mala ejecución de esta medida se corre el riesgo de mancillar, en perjuicio de sus propios beneficiarios, la oportunidad de continuar impulsándola. Por ello, tenemos el deber de encontrar aquellas alternativas que permitan una implementación adecuada y eficaz de estas acciones sin que además impliquen en ningún caso asumir, ni siquiera a modo de daño colateral, el poner en peligro bienes que resultan igualmente relevantes como lo son en este caso los derechos y la seguridad de las mujeres.

Lo cierto es que los baños neutros, en estricto sentido, consisten en servicios sanitarios accesibles para cualquier persona, pero cuyo uso debe ser estrictamente individual; por lo que descritos como los cubículos de acceso y uso privado, con paredes del piso al techo y con puertas de una sola cerradura bajo el control exclusivo del usuario, son estos tipos de baño los únicos que pueden garantizar las condiciones de seguridad mínima que requiere la correcta implementación de esta medida.

Análisis

es-mx

2022-01-25T08:00:00.0000000Z

2022-01-25T08:00:00.0000000Z

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