Licencia para matar

Para no variar, en la jornada 3 del Apertura Grita México, convirtieron a los silbantes, de nueva cuenta, en las estrellas del futbol. Me gustaría referirme a tres jugadas en concreto: 1) Penal contra rayados al minuto 48 con expulsión de John Medina vs. Cruz Azul 2) Tarjeta roja a Federico Viñas del América, al minuto 77 vs. Atlas y 3) Penal en contra de Pumas, minuto 94, vs. Tigres.

Las tres jugadas tienen algo en común: son polémicas, los equipos (o sus respectivas aficiones) se llaman “robados” y existe un desconocimiento generalizado de cómo se aplica la regla en la actualidad. Sin mencionar que las tres son en contra del local.

Pienso que ninguna de las tres era de VAR (tal y como, en teoría, se debería de manejar); pero que, respondiendo a los usos y las costumbres que ahora le caracterizan, fueron revisadas.

En la primera jugada, la expulsión de Medina en el Rayados vs. Cruz Azul, los “expertos” aducen que ¡El defensor regio jugó el balón! (lo que es cierto); sin embargo, jugar el balón no exenta a un futbolista de cometer una falta (a excepción del portero).

Después de jugar el balón, le pegó a José Rivero: con los tachones, a la altura del tobillo, con una fuerza excesiva y poniendo en riesgo su integridad física ¿Qué más quieren para que sea falta y expulsión?

Barrerse es una táctica muy arriesgada, porque normalmente: se hace con fuerza, ya no se puede detener la acción y lleva una alta probabilidad de terminar cometiendo una falta.

En la segunda, Viñas golpea a su adversario (Hugo Nervo) con los tachones en el rostro. Siempre (o casi siempre) que exista una patada en la cara, la expulsión es mandatoria. Hay quien argumenta que fue “accidental” ¡Quiero creerles! En mi opinión, “patalea” con la intención de golpear sin duda.

Y en la tercera, Juan Miguel de los Pumas se lanza con el cuerpo descontrolado a intentar atajar el balón sin lograrlo, para terminar, pegándole con el pie a Gignac. Patear a un adversario de manera imprudente se castiga con un tiro libre directo y si es dentro del área, con un penal.

Ahora, se castiga la manera de jugar (no la intención) ponderando la integridad física de los futbolistas. Jugar el balón no otorga … licencia para matar.