Le quieren enseñar a rezar al Papa

Menudo relajo se ha armado por el gol con que Brasil obtuvo el empate al minuto 77 frente a la Selección de Colombia, en la Copa América, que se celebra en el país amazónico. Resulta que previo a la anotación el balón pegó en la humanidad del silbante argentino Néstor Pitana.

Pero como dijo el descuartizador: “vamos por partes”. En mis tiempos la figura del árbitro era considerada como un accidente de terreno para efectos de que el balón lo contactara, es decir, el partido continuaba sin más, tal como si hubiese pegado en el poste o en un banderín de esquina.

Sin embargo, tiempos de cambios soplaron en la FIFA y con el titipuchal de modificaciones que ha sufrido en los últimos tiempos el reglamento que rige nuestro querido deporte, ahora resulta que, si el balón le pega al árbitro, el partido debe ser detenido y reanudarse con un bote a tierra.

He de platicarles que no basta con que el balón le pegue al colegiado para que el juego sea detenido, se necesita algún ingrediente extra, que una vez que la pelota le haya impactado: a) cambie de equipo la posesión del balón, b) que se inicie un ataque de promesa.

En el caso que hoy nos ocupa la bola impactó en Pitana, pero no cambió la posesión de la misma, es decir, la traía Brasil y luego del contacto la tenencia del balón no cambió, de modo que no aplica el inciso a.

De igual manera, después de que el juez argentino la tocó, la redonda no salió hacia la meta cafetalera, al contrario, rebotó en dirección a la portería brasileira; el ataque de promesa lo inició (me parece que fue Neymar) abriendo hacia la punta izquierda para que Renan Lodi la centrara para que Firmino rubricara con un cabezazo la anotación.

El pase desequilibrante no lo da Pitana, que finalmente ese es el espíritu de la regla, que el rebote sobre el hombre de negro no otorgue una ventaja a ninguno de los contendientes. He leído cada estupidez: “que el balón iba dirigido a un colombiano”, ¡por favor!, si ese fuera el espíritu de la regla, se le otorgaría “el bote” al equipo que iba a recibir la pelota, no al que la tenía… no le quieran enseñar a rezar al Papa.