De lo sublime: a lo “insustancial”

Siendo niño (1950) el deporte nacional era el béisbol, y lo practicábamos con la guia de algún entrenador del barrio. El golf poco se conocía, y sin fundamento alguno se afirmaba que lo jugaban quienes ya eran de “Las Fuerzas Juveniles” mayores de edad. Al paso de los años y muchas “veredas” transitadas; afirmó que es un deporte para todas las edades hombres y mujeres. Yo lo descubrí teniendo ya 55 años, y ahora con 79 cumplidos ocasionalmente comparto los fairway con algunos amigos.

En los últimos domingos he recorrido los 18 hoyos del singular campo de golf Los Sabinos, y lo he hecho en compañía de los Doctores Alberto Macri y Hugo Medrano; personas a quienes les agradezco su amistad, y caminando a su lado he percibido que fuera de mi ámbito de competencia, existen otras actividades con sentido humano desconocidas por la población en general, pero que trascienden aún en el aparente anonimato.

Mi abuelo Chanito siendo yo un niño me decía: =Pepe Luis; todos los humanos trascienden; unos de manera positiva, y otros no= y agregaba: =Aun los más menesterosos ayudan al que menos tiene; pero desafortunadamente conocemos a quienes sobrándoles los dineros; se hacen de la vista gorda y no miran al anciano que con dignidad se detiene en la esquina suplicando ayuda.

Cuánta razón tenía mi abuelito; conozco a quien le quedó a deber a la señora que vende tamales. Peor aún; algunos navegando con cara de honestos, le prometieron al “iluso” que les fió los uniformes de béisbol pagarle después, porque por el momento no completaban; y al paso de los días se daban por ofendidos cuando el “iluso” les cobraba.

Haa ¡SINVERGÜENZAS!: tarde o temprano se dan a conocer, y las víctimas ni la puerta de la casa les abren. Pregunta elemental: ¿El dinero que se cogieron al no pagarle a la señora de los tamales y quienes aún deben los uniformes de béisbol ¿Son más ricos? o: ¿menos jodidos? La trascendencia se manifiesta de muchas maneras. Conozco quienes sin interés alguno hacen algo en beneficio de la sociedad, y se ocupan principalmente en atender niños en su deporte favorito. En Tlaltenango Zac. y Villa Guerrero Jal. se distinguen Lalo Pérez y Flavio Baltazar; y en Rio Grande Zacatecas los hermanos Pepe y Julio Ramírez.

En contraparte la trascendencia mala se manifiesta cuando dañan a inocentes. Los políticos que llegan a ocupar un puesto en cualquiera de los tres niveles de gobierno gracias a los votos adquiridos por las promesas inviables; son dignos de ser calificados como “excremento de marranos”.

Ante la certeza de los daños que está causando el “presidente” López Obrador, sería motivo para que la población no vote por sus candidatos que desde “el trono imperial” impuso, pero: los recursos (que no son suyos) que está utilizado para la compra de voluntades, le ha estado funcionando y parece que las personas con problemas de percepción (que no son pocas) lo seguirán apoyando, hasta que sean parte desafortunada de los millones de mexicanos que han caído en la pobreza extrema.

Según expertos en su área de competencia informan que la inflación será mayor al 6%, y la caída del PIB hasta ahorita es de 9.5%; que, en plata limpia, significa la pérdida de millones de empleos formales más.

En las mañanas teniendo el control de la televisión en la mano y miro y oigo fugazmente las mentiras del “presidente”; me remonto mentalmente a los años 90s cuando miraba y escuchaba al maestro (me pongo de pié y me quito la cachucha al nombrarlo) Juan José Arreola, quien se distinguía por la pureza del idioma y riqueza de vocabulario que durante horas utilizaba en sus narrativas. Con su voz educada y armonía en sus frases, llegó a seducir a las mujeres más bellas, siendo para algunas muy difícil no caer al oírle los poemas que, como brisa de otoño imaginariamente con las yemas de sus dedos, les acariciaba su precioso rostro.

Haa “Chinguagua” ¿Qué tiznada analogía hago del MAESTRO Arreola con el insulso López Obrador? Bueno: ante semejante farsa que cada mañana actúa el presidente siendo yo “purista” irremediable, coloco en los extremos al ¡MAESTRO Arreola! y al insustancial presidente López Obrador. ¿Habrá quien me cuestione?