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Mariano Azuela en el México de hoy

Alo largo del último siglo hemos atestiguado cambios vertiginosos y profundos. Desde la época revolucionaria hasta nuestros días, la vida se ha transformado significativamente. En tanto, los postulados sobre justicia e igualdad continúan vigentes. La desigualdad aún lastima. No olvidar la historia, es no olvidar de donde provienen nuestros sueños y la lucha por un mejor destino. Para hacer una revisión e introspección de nuestro pasado, acudimos a las páginas de nuestro pasado y a las diferentes expresiones culturales como la literatura.

Con la maestría de la palabra y la acertada narración del momento en su obra ‘Los de abajo’ (Fondo de Cultura Económica), Mariano Azuela (Lagos de Moreno, Jalisco 1873-1952), describe los años revolucionarios. A propósito del 112 Aniversario de la Revolución Mexicana, tenemos que leer o releer a Azuela, narrador del país de la esperanza y el esplendor de su gente, sus pueblos y sus rancherías. Ese país amado, pese a sus contradicciones. “Asomó Juchipila a lo lejos, blanca y bañada de sol, en medio del frondaje, al pie de un cerro elevado y soberbio, plegado como turbante”.

En otras páginas, encontramos al país de las injusticias, los despojos de los hacendados, las arbitrariedades de los caciques, las penurias y la pobreza, los baños de sangre, las desilusiones. “Entusiasmo, esperanzas, ideales, alegrías…, ¡nada! Luego no le queda más: o se convierte usted en un bandido igual a ellos, o desaparece de la escena, escondiéndose tras las murallas de un egoísmo impenetrable y feroz”. La revolución y sus contradicciones.

Demetrio Macías, el protagonista de la novela ‘Los de abajo’, junto con sus guerreros, realiza la travesía desde el Cañón de Juchipila, Zacatecas hasta unirse a las filas de Felipe Ángeles y Francisco Villa para participar en la cruenta Toma de Zacatecas. “De lo alto del cerro se veía un costado de La Bufa, con su crestón, como testa empenachada de altivo rey azteca”.

En la pluma de Azuela se plasma el esplendor de nuestra lengua, empero, no permite adornos excesivos que deformen la gesta revolucionaria. En cada línea está el México bárbaro, el México insolente, el México saqueado, el México sin ley, el México marginado, el México sin educación, sin oportunidades. “¡Lástima de tanta vida sesgada, de tantas viudas y huérfanos, de tanta sangre vertida! Todo, ¿para qué? Para que unos cuantos bribones se enriquezcan y todo quede igual o peor que antes”.

“Por el triunfo de nuestra causa, que es el triunfo sublime de la justicia”, escribió Mariano Azuela, literato revolucionario y escritor obligado. Y también sentenció: “¡Qué hermosa es la revolución, aún en su misma barbarie!”

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2022-12-04T08:00:00.0000000Z

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