Democracia a en el mundo la baja

El caso mexicano es particular, pues cuenta con un presidente respaldado que ha exacerbado un presidencialismo sin contrapesos, un ataque consistente a los organos autonomos, y un liderazgo que debilita la pluralidad política y la tolerancia.

Al finalizar su cuarto año de gobierno, el Presidente López Obrador mantiene una popularidad de 55%, similar a la de Felipe Calderón y Ernesto Zedillo en el mismo año de gobierno, pero por debajo del 80% de aprobación de Carlos Salinas.

El mas reciente informe del Instituto Internacional para el Desarrollo Democrático y la Asistencia Electoral 2022 (IDEA) comprende el estado de la democracia en 173 países, y advierte el debilitamiento del régimen político que hemos considerado el menor malo. La mitad de los gobiernos democráticos registran caídas en diversos indicadores como restricciones a la libertad de expresión, desconfianza en la legitimidad de las elecciones, y socavamiento del estado de derecho. Incluso regímenes consolidados como Estados Unidos, y la mitad de los 17 países europeos registran caídas en la confianza en la democracia y la desafección hacia partidos políticos. El reporte señala que los regímenes autoritarios profundizan su represión: Afganistán, Bielorrusia, Camboya, Comoras y Nicaragua.

En esta ola de incertidumbre, hay algunos signos positivos como la demanda de mayores libertades en sociedades tradicionales como la de la República de Irán, la demanda del derecho al aborto en América Latina, la innovación que se esta gestando fuera de las estructuras tradicionales de los partidos impulsada especialmente por jóvenes, las protestas climáticas y derechos indígenas.

El balance global del último años resulta negativo para la democracia, en la medida que la democracia no parece estar evolucionando de una manera que refleje las necesidades y prioridades sociales que cambian rápidamente. Hay pocas mejoras, incluso en democracias que se están desempeñando en niveles medios o altos. El panorama podría agravarse en la pospandemia con desafíos inmediatos como la guerra de Rusia y Ucrania, la inflación en el mundo, una recesión global inminente y el cambio climático.

El informe recomienda algunas acciones para impulsar la renovación democrática como la adopción de contratos sociales más equitativos y sostenibles, la reforma de las instituciones políticas existentes y la lucha contra autoritarismo, sin embargo esto parece de poco impacto pues el deficit democrático es transversal en distintas sociedades y grupos sociales, y se ha afianzado en los valores y percepciones de millones de personas debido a las expectativas no cumplidas, y resultados regulares de las democracias que han desilusionado a millones en el mundo.

En el caso de América Latina, la región se caracteriza por la inestabildidad y la ansiedad sin resultados que han generado un caldo de cultivo para populismos de izquierda y derecha. Por ello, la innovación y el crecimiento democrático se estancan o decaen.

El caso mexicano es particular, pues cuenta con un Presidente ampliamente respaldado que ha exacerbado un presidencialismo sin contrapesos, un ataque consistente a los organos autonomos, y un liderazgo que polariza, debilita la pluralidad y la tolerancia. Al finalizar su cuarto año de gobierno, el Presidente López Obrador mantiene una popularidad de 55%, similar a la de Felipe Calderón y Ernesto Zedillo en el mismo año de gobierno, pero por debajo del 80% de aprobación de Carlos Salinas según lo ha documentado Alejandro Moreno de El Financiero.

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paul.valdes@gmail.com