SIN FRENO LA QUEMA DE BASURA

Sin el equipo suficiente y en medio de muchas carencias, Bomberos Voluntarios atiende incendios que son provocados por la ciudadanía

Con serias limitaciones de equipo y recursos para atender las emergencias que se generan en la ciudad, el Cuerpo Voluntario de Bomberos Mazatlán se ha enfrentado en los últimos años a una problemática que parece estar fuera de control: los incendios en terrenos abandonados, en donde además de la contaminación que se genera por la basura y maleza que arde, los ciudadanos se ponen en grave riesgo al quemarse también plásticos y químicos que generan gases tóxicos y corrosivos que se liberan en la atmósfera.

Y lo preocupante es que estos siniestros son provocados por la misma ciudadanía, al realizar quemas de basura en lotes baldíos que terminan saliéndose de control. La estadística muestra que este tipo de incidentes han aumentado un 22.26% en los últimos tres años. Tan solo el martes 22 de noviembre se registraron 10 incendios en terrenos que han sido olvidados por sus dueños.

TENDENCIA AL ALZA

En el 2020 Bomberos Mazatlán atendió un total de 2 mil 879 emergencias, de las cuales 809 fueron incendios en lotes baldíos, lo que representa el 28.10%. Mientras que los incendios en casas habitación se registraron 247.

En el 2021 se acumularon 2 mil 547 emergencias y 906 incendios en estos predios, es decir, el 34.57%; contra 322 incendios en casa habitación.

Y en el 2022, hasta el 31 de octubre, iban mil 517 emergencias atendidas, de estas 764 incendios en lotes baldíos, el 50.36%. A la misma fecha sumaban 193 incendios en casa habitación.

Saúl Robles Chávez, Segundo Comandante del Cuerpo Voluntario de Bomberos de Mazatlán, aseguró que estos incendios se dan como resultado de la quema de maleza, basura, fogatas, que son encendidas para mitigar el frío o simplemente por pirómanos que les gusta ver el mundo arder.

“Lo preocupante es la cantidad de emergencias por este tipo de incendios, el costo operación que se pudiera estar canalizando para otro tipo de emergencias; cuando el camión se va a una emergencia tiene un costo muy alto y a veces la operación lleva hasta dos camiones y una pipa y eso incrementa los costos, el uso de equipo, el desgaste, además de que descuidamos otras situaciones”, dice.

IMPACTO AMBIENTAL

El impacto que un siniestro como un incendio puede causar es grande. Por la parte ambiental, cuando se quema madera, papel, plástico, cartón, durante la combustión se generan gases tóxicos y corrosivos que se liberan a la atmósfera como el dióxido de azufre, cianuro de hidrógeno, benceno y el monóxido de carbono.

A esto se le agrega la quema de residuos peligrosos como envases de ácidos o pintura, que generan otro tipo de gases.

“Hemos rescatado desde tlacuaches, mapaches, conejos, liebres, hasta perros y gatos; hay gente que le gusta ayudar a los animalitos y les dan rehabilitación, pero hay unos que no se salvan, a veces te encuentras animalitos completamente calcinados”, comenta.

Por la parte de salubridad, el humo se llega a acumular en las viviendas circundantes y por la parte económica, cuando los incendios se extienden han ocasionado pérdidas en inmuebles cercanos.

Robles Chávez lamenta que ni los dueños de los predios, por no hacerse responsable de su limpieza, ni quienes originan el fuego, dimensionan hasta dónde puede llegar un incendio.

El segundo comandante precisa que los principales factores que originan estos percances son las quemas de basura que se salen de control, pero también está la “gente de calle, quienes duermen en lotes baldíos y prenden fogatas para mitigar el impacto de las bajas temperaturas.

Resaltó además, la presencia de personas con una obsesión por hacer y observar incendios, pirómanos que se dedican a prender fuego en estos terrenos baldíos.

BALDÍOS RECURRENTES

Entre las avenidas Cristóbal Colón y Óscar Pérez Escobosa, al norte de Mazatlán; en la colonia Urías y en el ejido El Castillo, antes de llegar a la planta termoeléctrica, se encuentran los terrenos baldíos más recurrentes en los incendios.

“Hemos buscado la forma de llegar a los dueños y que se hagan responsables. El crecimiento demográfico ha favorecido de cierta forma, donde antes eran lotes baldíos muy grandes ahora hay construcción, pero todavía quedan bastantes”.