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INDICADOR

la OMS señalan que el porcentaje de sobrevivencia de una paciente con cáncer cervicouterino es del 66% a nivel global.

DATOS DE LOS DATOS

De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud, la tasa de supervivencia a 5 años de todas las personas con cáncer de cuello uterino es del 66 por ciento, sin embargo, la señora Aída ha sobrevivido 40 años "aunque quedé como una alcancía, pero aquí sigo, gracias a un milagro y a un ángel como mi médico que me atendió", dice en broma en medio de la tragedia.

En México el cáncer cervicouterino (CaCU) ocupa el tercer lugar de las neoplasias malignas que afectan a la mujer, con un número estimado de 530 mil casos nuevos. El CACU es multicausal y obedece a la asociación de diferentes factores de riesgo.

LARGA VIDA

Doña Aída tuvo siete hijos, la primera fue adoptada cuando ella tenía 13 años, al casarse "mi esposo cargó con las dos, siempre la vio también como una hija más".

Su vida le sonreía como a toda mujer que está enamorada de la vida, sin embargo, solo había una sombra en su vida: el patriarcado que se vivía en su familia, no le permitieron estudiar como ella hubiese querido.

Por todo lo demás, era feliz ayudando a

Doña Aída ha vivido para contarla, una dilatada lucha contra el cáncer.

los más necesitados, a sus 13 años, supo de una niña de tres años que vivía en míseras condiciones, el padre de la menor se la regaló y desde entonces, se hizo cargo de ella.

A los quince años se puso de novia, se casó enamorada con Raúl Ruiz. Su esposo trabajaba en una inmobiliaria, los hijos empezaron a llegar, por consiguiente pusieron la papelería Sinaloa, además se ayudaba como costurera, hacía pantalones, trajes de novia, lo que le pidieran.

A los pocos años, puso otra papelería "del Centro", por la calle Bravo y Ángel Flores a una cuadra del edificio viejo de la UAS.

"Con el trato constante de los estudiantes, me di cuenta, de las necesidades que pasan los muchachos que vienen de fuera, entonces, nos mudamos a una casa más grande, acondicionamos cuatro cuartos para asistir a ocho muchachos, les cobrábamos un precio simbólico", recuerda.

Dice que ver a los estudiantes que salían adelante, se graduaban "es más de nuestra casa, salieron dos que tres para casarse, éramos como una familia, contando a mis sobrinos que también los

AÍDA VALENZUELA

SOBREVIVIENTE DE CÁNCER

"Me puse en manos de Dios y de sicólogos, acepté que me tomaran como conejillo de indias, los estudiantes, los médicos me estudiaban".

asistíamos", narra.

AQUELLOS RECUERDOS

Doña Emilia, su madre, tiene un lugar muy especial en sus recuerdos, ya que dice que sin ella, no pudiera haber hecho el bien a tanta gente, porque ella siempre estaba dispuesta a apoyarla.

Entre sus "abonados" recuerda al políti

Capital

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2021-10-23T07:00:00.0000000Z

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