Kiosco OEM

EL PODER DE LA AFICIÓN

EL APOYO DE LA GENTE EN LOS ESTADIOS DEL FUTBOL MEXICANO HA SIDO DETERMINANTE DURANTE LOS PARTIDOS DE LA LIGUILLA

POR RUBÉN BERISTÁIN

El silencio y la soledad en los distintos estadios del futbol mexicano poco a poco quedan como una simple anécdota, que obligó la pandemia de Covid-19 durante un largo tiempo.

La fiesta, la alegría, los gritos, el sabor inigualable de una tribuna, hasta las mentadas y groserías son necesarias para el futbolista profesional. Eso lo obliga a dar su mejor nivel para brindar un buen espectáculo a toda la gente que pagó por un boleto para el evento.

Para el aficionado no es algo distinto. Un partido de futbol, ese sentido de pertenencia, la pasión desbordante y todo el color que envuelve crean una mancuerna única y hasta inexplicable. El aficionado mexicano puede estar en desacuerdo en un sinfín de cosas, pero si se trata de presionar al rival, de abuchearlo y hacerlo sentir mal, todo lo hace de forma coordinada, casi perfecta. Lo anterior quedó de manifiesto en la fase final del Guard1anes 2021, en el retorno de la afición a los estadios después de más de un año, gracias a que el coronavirus, según cifras del gobierno, ha ido en decremento en los últimos meses.

Desde el repechaje hasta los cuartos de final, ningún equipo perdió en su territorio, todo apoyado con el aliento fiel de cada afición local.

En la famosa reclasificación, los mejores posicionados tuvieron la ventaja de jugarlo en casa y tres de cuatro le sacaron provecho.

Atlas con su fiel, pudo eliminar a los siempre favoritos Tigres. De haber sido al revés, el

Volcán habría hecho erupción, pero en este caso, el Jalisco presionó tanto que dejó moribundos a los felinos.

Santos no se quedó atrás y con el apoyo de los suyos goleó 5-0 a Querétaro. Mientras que Pachuca, con un Hidalgo disfrazado de huracán, pudo sacar el partido a su favor con un 4-2 contundente. El todavía campeón León no pudo hacer lo mismo. Los Diablos Rojos empataron 2-2 y en la lotería de los penaltis accedieron a la siguiente ronda. La afición esmeralda poco pudo hacer en la fatídica tanda, aunque durante el tiempo regular motivaron la remontada.

En cuartos de final, ocurrió exactamente lo mismo. Todos los locales en los partidos de ida sacaron ventaja. Los Rojinegros vencieron por la mínima a Puebla; Santos hizo lo propio en la Comarca sobre Monterrey; Toluca hizo vivir un Infierno a La Máquina y las Águilas no volaron en la Bella Airosa.

Casi todas las ventajas fueron destruidas en los cotejos de vuelta. La afición fue determinante para lograr esa remontada. Los poblanos lo hicieron con un autogol y con el reglamento en mano. Mientras que los cementeros arrollaron a Toluca en el estadio Azteca, con casi 18 mil asistentes que metieron presión a su favor. América también ganó de forma contundente en el mismo recinto, pero los Tuzos lograron marcar dos de visita y los azulcremas fueron eliminados. Mismo caso que Rayados. Los de la Sultana del Norte tuvieron el marcador a su favor durante el mayor tiempo, pero un descuido de último minuto dio el empate a los Guerreros y los de Javier Aguirre se quedaron fuera, aunque no perdieron el duelo con sus fanáticos en vivo.

El autor Eduardo Galeano alguna vez lo escribió con gran sabiduría en su libro Futbol a sol y sombra. “Jugar sin hinchada es como bailar sin música”, y no pudo tener más razón. Las pruebas fueron palpables. Los locales dominaron con su gente y en semifinales todo parece que puede ser igual.

Futbol

es-mx

2021-05-18T07:00:00.0000000Z

2021-05-18T07:00:00.0000000Z

https://oem.pressreader.com/article/282170769043411

Organizacion Editorial Mexicana