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Armando Hernández

Ahomanois@hotmail.com

Qué tranquilidad

da el poder descansar después de un arduo día de trabajo, de entrega total en lo que nos toca hacer, ya sea dentro de nuestras actividades para las cuales nos preparamos durante años o para realizar lo que de momento nos tiene ocupados.

Es muy satisfactorio disfrutar de un buen descanso, después de un ajetreado día laboral. Siempre es importante tomar en cuenta lo que es bueno para nuestro cuerpo, para nuestra mente, para nuestro espíritu, pues hay que relajarnos para liberar todo tipo de tensiones y preocupaciones y, de esa forma, poder llegar a la cama a descansar, a dormir y tener un sueño que sea reparador, para rendir frutos al día siguiente.

La semana nos absorbe con nuestras actividades laborales y nos come el tiempo, tanto así que queremos llegar a casa a descansar y no queriendo saber ni hacer nada, pero nos esperan las sonrisas y los juegos de nuestros hijos y aunque nos cuesta trabajo, a aquellos que somos familiares, es decir, que nos gusta la compañía de familia, nos damos tiempo para ellos, aunque nos haya faltado tiempo para nosotros.

Cada quien utiliza sus tiempos para divertirse y relajarse de muchas formas y cada quien tiene la razón por decidir qué hacer y más en estos tiempos, donde pareciera ser que mientras los jóvenes se alistan para irse de juerga, tal vez los más mayorcitos estemos poniéndonos nuestras ropas apropiadas para irnos a la camita a descansar, esto, por supuesto, cuando llega el tan anhelado fin de semana.

Seguimos en pie de lucha al darnos un espacio para la familia, para nuestra esposa e hijos y hasta para participar en las labores de la casa, desde sacudir, barrer, trapear, lavar la loza o la ropa, pero de que tenemos que participar, hay que hacerlo, porque, a los que nos enseñaron desde pequeños a ayudar en casa, no nos cuesta trabajo hacerlo, seamos hombres o mujeres. Aunque hay que hacer notar que también puede darse el caso de personas

Aunque hay que hacer notar que también puede darse el caso de personas a las cuales no les gusta el hacer talacha en casa, ni preparar los alimentos, pero trabajan para contratar quien se los haga y esto es válido, porque, insisto, cada quien aprovecha su tiempo y su vida para disfrutarla.

a las cuales no les gusta el hacer talacha en casa, ni preparar los alimentos, pero trabajan para contratar quien se los haga y esto es válido, porque, insisto, cada quien aprovecha su tiempo y su vida para disfrutarla y hacerla más amena.

Alguien me podría cuestionar si eso que hacemos en casa no es trabajo y se trata de descansar cuando se llega a ella y así es, pero la dinámica, que es distinta también, nos relaja y de muy buena manera.

La semana se va rápido y ya que hemos realizado todas actividades habidas y por haber, con todas las presiones, pendientes, preocupaciones que esto conlleva, queremos que llegue el fin de semana para organizar nuestro descanso y llegamos a sentarnos en nuestra silla o sillón favorito, ya sea para ver una película, para leer o simplemente llegar a echarnos una siestecita.

Como lo mencionaba un amigo mío: “llegar a la cama y sentirnos liberados y con toda calma abrir los brazos dirigidos hacia el cielo en agradecimiento a Papá Dios por permitirnos terminar todas nuestras labores, diciendo con toda sinceridad: ¡Bendito sea el Señor!”.

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2023-02-04T08:00:00.0000000Z

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