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TLCAN y T-MEC, formas de asociación soberana México-eu

Raúl Zarate

El presidente Andrés Manuel López Obrador definió el fin de la semana pasada, en el 238 aniversario del natalicio del libertador e integrador de América, Simón Bolivar, los principios más trascendentes e interesantes de su gobierno en el campo de las relaciones exteriores, en los que estableció que, por los 62 años de defensa de su independencia, dignidad y soberanía ante Estados Unidos, "Cuba debiera ser declarado patrimonio de la humanidad".

Y en el campo de la integración de los pueblos latinoamericanos (anhelo de Bolivar) propuso un ideal político que no deja de ser innovador en la relación de los pueblo al Sur del Rio Bravo y Estados Unidos, en un momento en que la globalización económica ha dado paso a la respetuosa, ordenada, mutuamente benéfica, democrática integración de las cadenas productivas en América del Norte, con la firma del TLCAN, y hace un año con el T-mec.

En un discurso que ya tiene repercusiones en el resto del continente, provoca escozores, levanta agrias críticas en la derecha mexicana y en el seno de la Organización de Estados Americanos (OEA), probablemente tendrá respuestas de Washington, el presidente estableció:

"También sostengo que ya es momento de una nueva convivencia entre todos los países de América, porque el modelo impuesto hace más de dos siglos está agotado, no tiene futuro ni salida, ya no beneficia a nadie. (El modelo de la hegemonía territorial y bélica de Estados Unidos sobre los pueblos americanos). Hay que hacer a un lado -dijola disyuntiva de integrarnos a Estados Unidos o de oponernos en forma defensiva".

La consigna de la doctrina Monroe de "América para los americanos" terminó de desintegrar a los pueblos de nuestro continente y destruir lo edificado, lo material, por Bolívar. "A lo largo de casi todo el siglo XIX se padeció de constantes ocupaciones, desembarcos, anexiones y a nosotros nos costó la pérdida de la mitad de nuestro territorio, con el gran zarpazo de 1848, recordó el mandatario.

"La influencia de la política exterior de Estados Unidos es predominante en América. Solo existe un caso especial, el de Cuba, el país que durante 62 años ha hecho valer su independencia enfrentando políticamente a Estados Unidos". Es toda una hazaña. "Por la defensa de su soberanía, Cuba debiera ser declarada patrimonio de la humanidad".

El gobierno mexicano vuelve a interceder en favor de Cuba en un momento crucial de la agitada vida de esta isla, en que los países latinoamericanos la abandonan y presionan; la OEA, institución al servicio de Washington, la condena. No solo la defiende moral y políticamente, le envía navíos con alimentos y medicinas. Cuba necesita ayuda humanitaria. Nadie la escucha ni la apoya. Washington mantiene el embargo económico, y con sus prosélitos, apuestan a que reviente, dimita, caiga el régimen de la isla.

López Obrador propuso a Joe Biden, nuevo jefe de la Casa Blanca: "es tiempo de expresar y explorar una nueva relación entre las naciones latinoamericanas y Estados Unidos, muy diferente a la hegemónica de los últimos doscientos años de "América para los Americanos". "Hay condiciones inmejorables para alcanzar este propósito de respetarnos y caminar juntos sin que nadie se quede atrás.

"En este afán puede que ayude nuestra experiencia de integración económica con respeto a nuestra soberanía, que hemos puesto en práctica en la concepción y aplicación a partir de 1994 con el Tratado de Libre Comercio de América del Norte, y desde el año pasado con el T-mec". "Desde entonces se han creado cadenas productivas que nos hacen indispensables mutuamente".

Además, poco a poco se ha ido aceptando una circunstancia favorable a nuestro país: el crecimiento desmesurado de China ha fortalecido en Estados Unidos la opinión de que debemos ser vistos como aliados y no como vecinos distantes.

Análisis

es-mx

2021-07-28T07:00:00.0000000Z

2021-07-28T07:00:00.0000000Z

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