EN PUNTO

Las decisiones tomadas en el equipo de la candidata de Morena y PT a la presidencia municipal de Puebla y alcaldesa con licencia, Claudia Rivera Vivanco, deben tener un rumbo completamente opuesto a los mostrados hasta ahora porque parecen ser contraproducentes.

Justo a la mitad de la campaña electoral las cosas no marchan bien en el equipo que busca conseguir la primera reelección en la historia de Puebla.

Primero, la coordinadora de la campaña y exsecretaria general del Ayuntamiento, Liza Aceves, hace declaraciones sobre una supuesta relación sentimental del gobernador Miguel Barbosa con Denisse Ortiz Pérez, cuñada del candidato rival, Eduardo Rivera Pérez, un acto que lleva la contienda al más bajo nivel al hacer uso de una situación de la vida personal para denigrar al contrincante y su familia, así como al mandatario, algo que no se espera de una activista defensora de las mujeres, un calificativo que ella misma ha destacado.

Luego deciden ya no hacer parte a los reporteros y medios de comunicación de sus eventos de campaña e informar solo por sus redes sociales, o sea, dar a conocer nada más lo que ellos decidan.

Es cierto que la candidata ha sido blanco de una lluvia de críticas que han caído por todos lados, pero esos nuevos acontecimientos parecen ayudar a mojarla más, en vez de secarla y limpiarla.

A ver si Rivera Vivanco y su equipo se den el tiempo de repensar y recomponer el sentido en el que están llevando su estrategia y si les alcanza el tiempo para que el recuento de los daños, transcurrido el 6 de junio, no sea repartir culpas después de la tormenta.

La pretendida operación cicatriz en Morena dio inicio con el pie izquierdo.

Con la balanza ligeramente inclinada hacia el lado de la candidata a la alcaldía de Puebla, Claudia Rivera, el senador de la República, Ricardo Monreal, estuvo de gira en la ciudad para tratar de sanar las asperezas que surgieron en el partido durante la contienda interna para la candidatura a la presidencia municipal.

El primer tropiezo del senador en su intento por la reconciliación fue el rechazo del diputado con licencia, Gabriel Biestro, para asistir a su llamado, porque, al parecer, “sigue montado en su macho” y considera que la única forma de llegar a la reconciliación será cuando se reparen los procesos internos y no haya más fraudes. Sin embargo, Biestro no fue el único que desairó al senador, también la diputada, candidata y presidenta del Congreso, Nora Merino, dijo que prefería enfocarse en su campaña que asistir al encuentro del senador.

La única que de plano no desaprovechó la visita fue Claudia Rivera, que ha ocupado todas sus oportunidades para acompañarse del senador y demostrar que tiene el respaldo, esto pese a que Monreal defendió a Biestro y rechazó su posible expulsión del partido, a diferencia de su otra aliada y consejera nacional de Morena, Bertha Luján, quien propuso inicialmente la expulsión del partido del diputado.

Por lo visto la reconciliación va para largo y en lugar de sanación de heridas se prevé el inicio de una lucha que se prolongará mas allá del 6 de junio.

Los dirigentes estatales de Morena burlaron a la autoridad electoral y volvieron a poner como primeros cuatro candidatos a diputados federales de la lista de plurinominales a los impugnados: Daniela Mier Bañuelos, Carlos Evangelista, Tonantzin Fernández y Edgar Garmendia de los Santos.

Peeero, parece que aún no tienen mucho que festejar puesto que los militantes de Morena que impugnaron su designación seguirán adelante con el proceso legal, según ha revelado el gobernador Miguel Barbosa en su mañanera del lunes.

“El litigio continuará”, pronosticó. Y algo debe saber para asegurarlo con esa certeza.