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El lenguaje de Jesús en parábola

José Félix Bueno

Para difundir su pensamiento y explicar su doctrina, Cristo recurrió a las parábolas, historias concebidas por él, que hoy en día son una experiencia tan rica como aleccionadora para cualquier lector. Más allá de las creencias religiosas, de la aceptación o no de su figura, justo es reconocerlo como un excelente literato y admirar su visión de la condición humana.

Una parábola es una narración de un suceso ficticio o imaginario, que se deduce por comparación o semejanza. En el caso de las parábolas de Jesús, son una verdad importante y una enseñanza moral para conductas de vida.

La efectividad de una obra literaria puede calificarse por su capacidad de perpetuarse en el interés y en el gusto del público. Las parábolas de Jesús se distinguen precisamente por esta característica que solamente tienen los verdaderos autores clásicos, reconocidos aún cientos de años después de su muerte.

Los relatos de Jesús se han preservado en el tiempo; no los escribió, los contó de viva voz y se transmitieron de manera oral, de pueblo en pueblo, de cuidad a ciudad y de época a época y con ello, nos deja ver su mensaje claro y contundente, actual y aleccionador.

Así, Jesús predicaba sus enseñanzas, como un prolífico narrador de historias y con hechos ejemplificantes, lo que daba lugar a que sus discípulos lo cuestionaran alguna vez después de escuchar la parábola de EL SEMBRADOR, diciéndole: “Maestro, porqué hablas a la gente con historias?”, a lo que él respondió:

“A ustedes se les ha concedido conocer los secretos del reino de los cielos, pero a ellos no; al que tiene se le dará más y tendrá en abundancia; al que no tiene, hasta lo poco se le quitará”.

Los expertos en literatura han revisado las disertaciones de Jesucristo y desde su perspectiva señalan que el número de lecciones sobrepasan por mucho a la manifestación de los milagros; desde su perspectiva lo importante no era sorprender a la gente con actos prodigiosos, sino apelar a su razonamiento y despertar su conciencia. Se trata, como lo dijo el profeta Isaías, de “ver con los ojos, oír con los oídos y entender con el corazón”.

El Nazareno no dejó textos impresos, sus predicaciones no las escribía, ni existen documentos escritos por él; los testimonios tampoco quedaron escritos, sin embargo, su capacidad verbal es innegable y sus palabras fueron narradas literalmente por los Evangelistas.

Por su significado, interés y contenido, las parábolas de Jesucristo son muy actuales y muy estudiadas. Para nosotros los católicos, son “oro puro” y para los creyentes de otras religiones representan interesantes desafíos reflexivos.

Sus enseñanzas han quedado para siempre y siguen vigentes para creyentes y no creyentes.

Muchas otras parábolas contadas por Cristo seguramente quedaron sin conocerse, por no haber sido narradas y escritas por los apóstoles. Todas esas verdades y prodigios de Jesús en su peregrinar, despertaron el odio y el temor de los poderosos, de perder el poder, porque oían hablar a Jesús como Hijo de Dios y del reino que vendría a establecer y por lo cual tuvo que pagar el precio con su vida, clavado en una cruz, por una decisión judicial que sigue pareciendo infundada e injusta a más de dos milenios, sin embargo así estaba escrito. Justo es reconocerlo como un excelente literato y admirar su visión de la condición humana

Análisis

es-mx

2021-05-18T07:00:00.0000000Z

2021-05-18T07:00:00.0000000Z

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