Morelia se apaga por violencia

De acuerdo a la Agencia especializada en estudios de opinión TResearch, la capital del estado michoacano gobernada por el edil de alianza PANPRD, Alfonso Martínez, tiene a Morelia en el lugar quinto a nivel nacional dentro de las ciudades con mayor índice de homicidios dolosos, en los primeros cuatro lugares se encuentran Tijuana, Ciudad Juárez, Benito Juárez (Quintana Roo), y León.

Esto nos dice que el gobierno municipal se encuentra sin rumbo en la lucha en contra de la violencia, misma que prometieron durante grandes desplegados en espectaculares y videos en redes sociales del entonces ex candidato Martínez Alcázar, que tenía la fórmula correcta para regresar la paz como la tranquilidad que nos merecíamos.

Todo lo anterior con una policía mejor capacitada, de mayor proximidad, así como una corporación más equipada, esto último podemos decir que se está cumpliendo, pues las últimas adquisiciones de unidades ayudan, sin embargo, todavía falta, pues la ciudad no es el centro histórico como tampoco el bulevar García de León, que por cierto luce más obscuro que las cifras del comisionado de seguridad, Alejandro González.

No cabe duda, que la estrategia de hacer únicamente mediática la seguridad no funciona ni en la realidad como en la percepción, esperemos que esas promesas no se vayan apagando como las luminarias que dejó el anterior gobierno municipal del morenista, Raúl Morón.

El impacto inflacionario y el poco crecimiento económico han tenido a Michoacán en el abismo de un retroceso en la estabilidad,

MICHOACÁN SIN LANA

El impacto inflacionario y el poco crecimiento económico han tenido a Michoacán en el abismo de un retroceso en la estabilidad, más cuando el propio Estado mantiene créditos para reducir la falta de liquidez.

No es nuevo que los gobiernos adquieran deuda, más cuando se ostentan grandes salarios, y secretarías que poco resuelven con alto costo en su operatividad.

Los gobiernos se han convertido desde hace varios sexenios en fábricas de hacer pobres, y es que el estado, a pesar de contar con varias zonas muy productivas, los principales factores como la violencia, el crimen organizado y la falta de oportunidades, lleva a que el principal recurso sea el negocio de terceros, es decir, otras actividades que no son las industriales ni el campo. Estas actividades representan el 33 por ciento, de acuerdo al INEGI.

La apuesta no es apoyar a quienes sostienen el 33 por ciento, tampoco al 25 por ciento que representa el comercio, ni al 15 por ciento de la agricultura, el fin es seguir manteniendo el crecimiento de pobres, los cuales en 2018 de acuerdo al Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social el 85.7 por ciento de la población en Michoacán estaba en situación de pobreza o de vulnerabilidad por carencias o ingresos.

Para el 2020 las cosas no cambiaron, la población en pobreza extrema pasó del 5.7 al 7.6 por ciento, mientras que la vulnerable por carencias sociales pasó del 32.9 al 33.9 por ciento. Esto con dos años de un gobierno que va por poner en su agenda primero los “probes”.