El arte de hacer tejas

Fundada hace 400 años, la tenencia de Tacícuaro vivió una época en la que destacaba por la elaboración de tejas de barro. Pero con el paso de los años, esa fama se diluyó. Héctor Sosa es uno de los pocos tejeros que quedan en la comunidad.

Su taller es una larga nave donde almacena las tejas recién hechas. El artesano aclara que el terreno es de un hermano que migró a los Estados Unidos y que él aprovechó para trabajar el barro.

“Las tejas ya no son negocio”, dice Sosa, aunque éste siga siendo su oficio. “Vivo de engordar ganado y todos los talleres de la comunidad trabajan sobre pedido”. Por cinco mil pesos se le compra un millar, lo suficiente para cubrir 42 metros cuadrados de techo.