SEGUIRÁ

Pese al panorama de la Selección Nacional en la búsqueda de un milagro para hacerse de su boleto a los octavos de final en la Copa del Mundo, la entusiasta afición decidió creer.

“México, México, México”, fue lo que se pudo escuchar en una de las filas para ingresar al Fan Fest y conocer el futuro del cuadro azteca: “Dicen que debemos hacer cuatro goles, pues aquí estamos, alentando y creyendo porque es día de demostrar”, manifestaron los seguidores al Diario de los Deportistas.

Con dos horas de anticipación, la gente comenzó a llegar y entre banderas, bufandas y sombreros de mariachi, empezaron a ingresar con la ilusión de celebrar una victoria histórica.

“A mí me toca descansar los fines de semana, pero ahora pude mover mi día para venir a ver el partido con mi familia”, comentó Roberto para ESTO, quien estuvo de la mano de su esposa y su pequeño hijo de ocho años.

Pudo influir el día al ser miércoles o la falta de gol de los dirigidos por el Tata, pero contrario al duelo frente a Argentina, la explanada lució más vacía en el arranque, incluso los vendedores ambulantes se movían con mayor facilidad.

Pese a la eliminación de México, el Fan Fest seguirá proyectando los partidos hasta la final del certamen qatarí.

Oribe Peralta estuvo presente en el evento y antes de que sonara el himno nacional. El ex delantero aprovechó para subir al escenario y realizar un par de dinámicas con los seguidores: “Estar aquí es creer y nosotros vamos a decir que México va a llevarse la victoria”, comentó el ex jugador.

Luego de unos minutos, Peralta se despidió y las emociones empezaron. El himno se entonó y el lugar ya tenía alrededor de dos mil aficionados.

El primer tiempo concluyó y el lugar ya tenía más presencia: “Sí se puede, sí se puede”, corearon en el descanso.

Para la segunda parte Henry Martín dibujó el primero para la Selección Nacional y la gente revivió. Los mexicanos pisaron el acelerador, alcanzaron el segundo y entonces los pequeños comenzaron a sonreír, algo que dio un giro inesperado con el 2-1 final, que no fue suficiente para clasificar. Sin más, la mayoría abandonó rápido el lugar entre enojo, molestia y comentarios hacia Martino: “¿para eso quería ir el argentino ese?”, fue algo de lo que dijeron.

La familia Ruiz salió tranquila, pero Rodrigo, el pequeño de nueve años, no pudo ocultar su sentir y con lágrimas se dijo triste luego del fracaso mexicano.