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Crecen estrés y suicidios en Durango

Yolanda de la Torre FB: Yolandadelatorrev @yoladelatorre

Vivimos tiempos por demás complicados, una situación que no habríamos contemplado ni en el peor o más pesimista de los pronósticos, con una pandemia que nos pone en peligro de contraer una enfermedad que igual puede pasar por nuestro cuerpo sin provocar ni síntomas o dentro de una gama de graves daños, puede llegar incluso a quitarnos la vida en pocos días.

Vivimos en circunstancias en las que necesitamos desde jóvenes, hasta adultos mayores, cada vez de mayores apoyos, tanto de terapia, como en materia de psicoeducación, para adaptarnos a estos nuevos tiempos que en Durango vivimos con gran intensidad, tanto en el seno de las familias, como en los entornos laborales, algo que ha generado ya la preocupación del propio Gobierno del estado, pero de lo que sobre todo, debemos ocuparnos como sociedad, más ahora que estamos ya tan cerca de salir.

El confinamiento que hemos vivido durante el último año, debido a la pandemia del Covid-19, nos ha traído factores adicionales a muchos problemas emocionales actuales como el estrés y la depresión, ya que estos en buena medida nos vienen ante una preocupación por el futuro, pero frente al coronavirus, nos agobia el presente y el futuro.

Ante el encierro que hemos vivido, este bien se puede tornar más preocupante si hay elementos que incrementan la impotencia que provoca, ya que de la mano de la actual contingencia sanitaria, ha venido una crisis económica que ha hecho perder empleos y cerrar una gran cantidad de negocios, algo que también nos ha impactado con fuerza en Durango, donde de acuerdo a las estadísticas más recientes, se han registrado más de 50 suicidios en lo que va del 2021.

En este caso, destacamos el hecho de que esto ocurra durante el presente año, ya que, hasta los últimos días del año pasado, se veía con esperanza el que ya fuera a llegar este nuevo periplo de 365 días en los que pensábamos que, con la existencia de las vacunas, volveríamos a la normalidad en poco tiempo más.

El gran problema, generador de desesperanza, comenzó al cobrar conciencia de que las vacunas, en el caso de nuestro país, venían llegando con suma lentitud, entre otras razones, por no haberse pactado su adquisición con la anticipación que hubiera sido necesaria, algo que sí pasó en las naciones más desarrolladas, generándose una distribución inequitativa en el mundo de estos fármacos.

El otro problema, ha radicado en el hecho de que, con sólo recibir las vacunas, no se vuelve a la normalidad como por arte de magia, ya que tiene que estar inoculada cuando menos un 75 por ciento de la población para empezar a regresar al tipo de vida que teníamos antes de la pandemia.

Otro factor que está induciendo la depresión, que en no pocas ocasiones lleva al suicidio, está en que dados los cambios que ha impulsado en todo el mundo la pandemia, una gran cantidad de personas tendrán que aprender otras formas de trabajo diferentes a lo que venían desempeñando, cada vez más apegados a la tecnología, lo que provoca una ansiedad creciente.

Vivimos en circunstancias en las que necesitamos desde jóvenes, hasta adultos mayores, cada vez de mayores apoyos, tanto de terapia, como en materia de psicoeducación, para adaptarnos a estos nuevos tiempos que en Durango vivimos con gran intensidad, tanto en el seno de las familias, como en los entornos laborales, algo que ha generado ya la preocupación del propio Gobierno del estado, pero de lo que sobre todo, debemos ocuparnos como sociedad, más ahora que estamos ya tan cerca de salir.

Análisis

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2021-05-08T07:00:00.0000000Z

2021-05-08T07:00:00.0000000Z

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