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“Si quieres, puedes limpiarme”

“Si quieres, puedes limpiarme”. leonardolombar@gmail.com

Al bajar

Jesús por la ladera del monte, grandes multitudes lo seguían. De repente, un leproso se le acercó y se arrodilló delante de él. —Señor —dijo el hombre—, si tú quieres, puedes sanarme y dejarme limpio.jesús extendió la mano y lo tocó: —Sí quiero —dijo —. ¡Queda sano! Al instante, la lepra desapareció.mateo 8:1-3

La lepra, también conocida como “Bacilo de Hansen”, es una enfermedad infecto-contagiosa que afecta fundamentalmente la piel, pero también los nervios y las mucosas. En tiempos de Jesús era una enfermedad incurable, que hacía que las personas vivieran aisladas, pero además se las consideraba “impuras”, “inmundas” para la sociedad y especialmente para los religiosos de entonces.

La antigua enfermedad de la lepra es un símbolo por excelencia de una enfermedad más peligrosa, una que afecta el alma: Me refiero a “el pecado”. Nos va destruyendo de a poco. Nos va quitando la dignidad. Nos aliena de nuestros semejantes, nos hace sentir “sucios”, “despreciados”, profundamente desesperanzados. Por más que tratemos de ignorarla o disimularla ahí está. Esta enfermedad la padecemos todos los seres humanos. Sólo que la mayoría no nos damos cuenta.

Cuando un leproso se sanaba, debía presentarse ante el sacerdote y ofrecer un sacrificio de gratitud, tal como se contemplaba

en la ley mosaica (Levítico 14). Sólo se registran dos casos en el Antiguo Testamento de algo así y dos en el Nuevo. Jesús envía a este leproso a presentar su sacrificio al sacerdote como TESTIGO contra la RELIGIOSIDAD.

El leproso es un TESTIGO del poder de Dios por encima del poder de la religión. La ley no podía limpiar la lepra, pero Cristo sí. Del mismo modo, ninguna ley humana puede limpiar la lepra del corazón que es el PECADO, pero la sangre de Cristo, tiene la facultad de limpiarnos, esa sangre TESTIFICA contra la religiosidad y a favor de la GRACIA.

Existen muchos hombres y mujeres que están tratando de limpiar el pecado con leyes, con normas, con sacrificios humanos, con esfuerzos inútiles que sólo traen más condenación. Pero Cristo no sólo puede, sino que “quiere” limpiarte, tal como lo hizo con el leproso de entonces, todo lo que está esperando es que le digas

Analisis

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2023-02-04T08:00:00.0000000Z

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