Kiosco OEM

Notorio como

Y crece el odio

crece la semilla de odio que se siembra desde Palacio Nacional. La agresión a la periodista Denise Dresser, el pasado domingo en el Zócalo durante la marcha conmemorativa del 2 de octubre, lo confirma. Los mozalbetes que la acabaron obligando a retirarse del lugar, ejemplifican el profundo daño que se les hace a estas generaciones, a nombre de una falsa ideología, engendro del más puro veneno.

Podrás o no estar de acuerdo con lo que escribe un comunicador, pero, en el ejercicio de la libertad se valen todo tipo de opiniones y ya será cuestión de cada uno aplaudirlas o rebatirlas, o, simplemente, ignorarlas. En una democracia caben todas las voces.

Pero es un veneno que no escucha de razones y que se inocula agresivo en todas las manifestaciones de la vida. Jóvenes a los que se les ha enseñado a solo ver de frente- como lo hacen las mulas-, sin la posibilidad de conocer otras vías que les dieran un abanico de posturas, de corrientes de pensamiento, de opciones de vida encaminadas al auténtico ejercicio de la democracia.

Este lavado de cerebro anida sobre todo, en aquellos que provienen de las clases sociales más desfavorecidas y que, con facilidad se adhieren a la cultura del resentimiento, de la venganza y la revancha, que se propaga a todas horas, desde el púlpito del tabasqueño. Aparecen en las redes, forrados de logotipos de morena y haciendo alarde de “sabelotodos” de la historia patria, como si hubieran sido protagonistas del episodio del 68, que les inculcaron a su manera y del que no tienen ni remota idea.

Uno de ellos se publicitó enajenado, diciendo tal sarta de estupideces, que ofenden a la inteligencia de cualquiera. De las persecuciones policíacas, de los soldados, de los interrogatorios, las torturas, las celdas inmundas, el horror de haber caído en manos de enemigos furiosos, crueles, ajenos a los principios por los que se luchaba, hasta el exilio y la prisión, barbarie que sufrieron tantos de mis compañeros, de mis grandes amigos, de eso ni idea. Escuincles adoctrinados por fanáticos inconcebibles en esta época, dedicados a forjar el culto a la personalidad de su idolito tabasqueño, de pies de barro.

Esto es quizás, de lo que más debe echársele en cara a AMLO: el engañar y enajenar a una sociedad con una doctrina que ni él mismo se cree, de la que toma retazos y desecha lo que no le gusta o le conviene.

En su trato a ese pueblo, que dice querer, todavía más mentiras. Como encantador de serpientes los envuelve con el sonido de su flauta, para manipular voluntades a su antojo y conveniencia. Y le creen a pesar de que la calidad de vida va en picada, aumentan las necesidades y, ni con toda la demagógica charla cotidiana, se alcanza a comprar la canasta básica.

Les sustituye las carencias por el odio a quienes según ellos tienen más. Los de Polanco -como si esta colonia no hubiera dejado de ser de lujo, hace lustros-, los fifís, los adversarios, los conservadores. Epítetos que sus seguidores hacen suyos y los nutren del odio al fantasmal otro, a falta de un buen plato de comida.

¿Hasta cuando va a seguir minando la mentalidad de un pueblo eminentemente ineducado? ¿No es hora ya de evitar el divisionismo y alentar a la unión de todos los mexicanos?

Lo propositivo no le resulta redituable. Seguirá, con el acompañamiento de su equipo más radical, alentando el odio. Después vendrán lágrimas de sangre para recuperar el tejido social. catalinanq@hotmail.com @catalinanq

El pretextar la lejanía geográfica y concentrarse en las preocupaciones de la vida diaria se acompaña de un déficit de pensamiento interconectado que impide ver cómo las capas y multilateralidades de los conflictos internacionales afectan nuestra calidad de vida. Hoy lucimos más vulnerables ante una posible hecatombe nuclear por una mayor escalada en la confrontación entre Rusia y Ucrania, y la sospecha de sabotaje de los gasoductos Nordstream 1 y 2 -que conectan a Moscú con Europa. Todo ello en medio de la proclama de Putin de adherir cuatro provincias ucranianas a la Federación Rusa.

El conflicto Rusia - Ucrania tiene implicaciones globales, regionales, interregionales y nacionales, así lo apunta la Unidad de Estudio y Reflexión (UER) que creó el Consejo Mexicano de Asuntos Internacionales (COMEXI). En ella analizamos la guerra y sus impactos para México en el marco de sus alcances. No basta con interpretar la catarsis bélica como un tema exclusivamente europeo con fuertes resonadores en la Europa occidental, nórdica, báltica y del mediterráneo; también hace eco en el Cáucaso; el Bósforo; Asia Central; Medio Oriente, África y la región Indo-pacífico; y con afectaciones directas en Estados Unidos y las Américas.

Esta conflagración despliega distintas modalidades y vertientes de la guerra híbrida, tal y como lo hemos estudiado en la UER. No sólo el rubro geopolítico (rivalidad entre potencias y despliegue de alianzas), militar (movilización de tropas, rearme, revitalización de la OTAN), y económico (sanciones a Rusia y recesión mundial); sino que transa otros nodos temáticos como la crisis energética (alza en los precios del petróleo y gas, interrupción en las cadenas de producción y de valor), y la reorganización comercial ante nuevos condicionantes geopolíticos. También ha producido una crisis alimentaria por la escasez de granos y un incremento de la pobreza, cuyos impactos retrasarán la Agenda 2030, la hoja de ruta de la ONU para proteger el planeta y garantizar el desarrollo.

A esta cadena hay que sumar la confrontación digital, cibernética y los impactos humanitarios, aunado a la guerra informativa que cohabita con la competencia de los paradigmas, valores y principios entre democracias y autocracias.

Esta agitación planetaria tiene afectaciones directas e indirectas para México. Nuestro país no sólo es preso de su historia y condicionantes políticos, económicos y sociales internos, sino también de la convulsión internacional. La guerra ha tocado la puerta del Poder Ejecutivo en materia de política exterior.

La guerra también asalta al Congreso: los posicionamientos de los grupos parlamentarios y la actuación de los órganos directivos de la Cámara de Diputados y el Senado de la República, irrumpen bajo el marco de la diplomacia parlamentaria y los grupos de amistad de México con Rusia y Ucrania. El conflicto también puede alcanzar el Poder Judicial, en un caso hipotético de que el CSONU imponga sanciones que serían vinculantes para México.

La guerra nos impacta a todos: consumidores, exportadores, importadores, productores y receptores de inversiones y de ingresos y remesas; presiona el mercado bursátil, sector financiero y política cambiaria. Incide también en los esquemas de integración económica y comercial de los que formamos parte; además, degrada el bolsillo.

Este lavado de cerebro anida sobre todo, en aquellos que provienen de las clases sociales más desfavorecidas y que, con facilidad se adhieren a la cultura del resentimiento, de la venganza y la revancha, que se propaga a todas horas, desde el púlpito del tabasqueño. ¿Hasta cuando va a seguir minando la mentalidad de un pueblo ineducado? ¿No es hora ya de evitar el divisionismo y alentar a la unión?

@Rinamussali Coordinadora de la Unidad de Estudio y Reflexión “La Guerra Rusia–ucrania: alcances y consecuencias” del COMEXI y analista internacional.

Análisis

es-mx

2022-10-05T07:00:00.0000000Z

2022-10-05T07:00:00.0000000Z

https://oem.pressreader.com/article/281754158211825

Organizacion Editorial Mexicana