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México necesita un Ferrari nos

Plantea grandes retos. En treinta años tendremos 150 millones de mexicanos que alimentar y dotar de agua potable en un escenario de degradación de la naturaleza derivado del cambio climático.

Para información adicional de éste y otros temas de interés visiten Twitter: @Bvalderramab https://www.facebook.com/ Bvalderramab *Profesor de Carrera, con 55 años de Cátedra ininterrumpida en Derecho Civil y Derecho Familiar, en la Facultad de Derecho de

Aesto hay que sumar una demanda creciente de servicios básicos como energía, salud y educación. No atender estos problemas agudizará la desigualdad, atizando la crispación social. Para dar solución a estas demandas se requiere la acción concertada del estado, sociedad y gobierno, quienes estamos obligados a buscar coincidencias y elaborar de manera conjunta planes de acción que permitan paliar efectos inmediatos y construir soluciones a largo plazo.

Hemos dado el primer paso al inscribir en la Constitución como un derecho humano el de las y los mexicanos para gozar de los beneficios del conocimiento científico y la tecnología. Ahora nos toca generar las condiciones para que esto ocurra mediante la elaboración de una Ley General de Ciencia, Tecnología e Innovación.

Los investigadores estamos convencidos que los frutos de nuestro trabajo pueden ayudar de manera decisiva a orientar el rumbo de México hacia un futuro más prometedor, incluyente y sustentable, pero para lograrlo, se requiere de un entorno funcional.

Las condiciones mínimas que demanda la academia para lograr esta funcionalidad son estabilidad laboral y financiera; absoluto respeto a las libertades académicas, de investigación, cátedra y expresión; instituciones fuertes con autonomía de gestión; canales de consulta y participación confiables y productivos; mecanismos de inclusión para mujeres, indígenas y otros grupos subrepresentados; una distribución territorial equilibrada que acorte la brecha con la sociedad.

El presupuesto del gobierno es el instrumento idóneo para detonar este cambio. Para eso se precisa que la Ley General aseguré que una fracción mínima del 2% del presupuesto se asigne para actividades relacionadas a la investigación. Que esta asignación se realice privilegiando la investigación básica o fundamental, aquella que nutrirá de conocimiento a nuestro país y en la que, además, somos muy competitivos.

También se requiere que la Ley desarrolle instrumentos que faciliten, normen y promuevan el desarrollo de tecnología en los centros e institutos de investigación y su posterior transferencia al resto de la sociedad; que impulse una nueva clase empresarial, emprendedora y competitiva, que reciba el conocimiento desde la academia y lo transforme en innovación.

La Ley que necesitamos deberá utilizar como referentes la calidad y el mérito, criterios sustantivos de la actividad científica, para impulsar el crecimiento de la planta de investigación del país. Deberá también asegurar la libertad de investigación mediante la obligatoriedad para la distribución del presupuesto de la emisión de convocatorias transparentes, incluyentes y evaluadas por pares en órganos colegiados. Una política centrada en asignaciones directas no beneficia a nadie.

Hablamos de una Ley que impulse la renovación y crecimiento de la infraestructura científica. Que se avoque a la consolidación de proyectos de gran ciencia como el Sincrotrón Mexicano, pero que también que también perfile los canales necesarios para mejorar la educación y cultura científica de la sociedad.

En resumen, necesitamos una Ley funcional, bien estructurada, con visión de futuro y que genere compromisos de largo aliento al gobierno y a la academia en beneficio de la sociedad. Desafortunadamente, la versión oficial de la Ley General de Ciencia, Tecnología e Innovación presentada en la Cámara de Diputados adolece precisamente en estos temas y, de ser utilizada en su parte medular, redundará en una pérdida de oportunidad para nuestro país con impredecibles consecuencias.

México necesita un Ferrari, nos quieren vender un Twingo.

Superada la pandemia y los retos que ésta significó para enseñanza del Derecho en México y específicamente en la Facultad esta disciplina en la UNAM, que sigue siendo la número uno en los países de Habla Hispana, (aquí debemos de considerar que en el mundo 650 millones de personas hablan español),

Hoy 30 de enero del 2023 se inicia una nueva etapa histórica, trascendente, importante para la Universidad Nacional Autónoma de México y sobre todo para nuestro Director que ha logrado llevar a nuestra institución a los más altos lugares en todos los niveles.

La Universidad Nacional Autónoma de México es única. Es universal. Es la madre, sin metáforas, de quienes hemos sido sus hijos, hemos estudiado y hemos aprendido en sus aulas. Es la Facultad de Derecho, con sus reformas, con sus grandes maestros, con sus tratadistas, con las glorias del pasado, las del presente y las que están por venir, porque sigue siendo el corazón, los ojos, el pulso del país que se siente en la Facultad de Derecho de la UNAM.

Sus programas actualizados, sus materias puestas al día en el siglo XXI, y haber superado el reto de la pandemia, porque hoy la mayoría de las clases son presenciales, pero por supuesto se ha dejado también el complemento de las que son en línea, para que los maestros, por su edad o por sus condiciones físicas no lo puedan hacer en persona, siga la Universidad teniendo de parte de ellos la bondad de sus conocimientos y sus enseñanzas; igualmente quienes en este nuevo semestre que se inició hoy, estamos con una fuerza renovada, para seguir y ratificar el lugar que tiene nuestra Facultad de Derecho en el mundo del Derecho, no solamente de Habla Hispana, y además para defenderla de cualquier otra agresión que pueda venir de instituciones privadas o particulares, sobre todo porque se pretende, sin éxito, involucrarla en otras cuestiones que nada tienen que ver con nuestra institución.

No me ocupo de los últimos escándalos en donde ha habido bulos, noticias falsas, inventos, ignorancia, prácticamente doctos ignorantes (Oxímoron), que no saben o no conocen las leyes universitarias, lo que rige los destinos de los que somos miembros de la comunidad y que estamos sometidos a las leyes orgánicas y a todo lo que rige la vida universitaria; en esas condiciones es muy importante ratificar que seguiremos siendo la Facultad de Derecho a la vanguardia, que seguiremos siendo la señera, que estamos en el lugar ubicado que nos corresponde, gracias a quien nos dirige en este momento, a los diferentes profesores de carrera, de tiempo completo, de medio tiempo, en sus diferentes niveles, de la gran labor que hacen los profesores de asignatura, y sobre todo tener en cuenta que el Derecho, la Ciencia Jurídica es la que permite tener el equilibrio en todos los demás órdenes; y en este caso debemos luchar porque la política y todo lo que tenga que ver con ella se subordine al Derecho, a la justicia y a las normas constitucionales.

Asimismo debemos congratularnos y subrayar que la presencia de los diferentes profesores eméritos en nuestra institución, como la del gran penalista Raúl Carrancá y Rivas; o la de Rolando Tamayo y Salmorán, o la de Elvia Arcelia Quintana Adriano, el del recientemente fallecido Doctor Jorge Mario Magallón Ibarra, el del expresidente de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, el Doctor que recibió además la mención “Cum Laude” Sergio García Ramírez, son ellos y sus obras el aval más importante de la enseñanza del Derecho en México. CONCLUSIONES

Primera: La Universidad es universal y abre sus brazos y acoge a todos sea cual fuere su credo, su situación social, económica, cultural o familiar.

Análisis

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2023-01-30T08:00:00.0000000Z

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