La constante batalla contra los incendios

Los siniestros forestales repuntaron en las últimas décadas por la alteración en los ciclos de lluvia, dicen las autoridades

Deben tener buena condición física, aeróbica y muscular. Su trabajo es llegar a donde nadie quiere. Asimismo, su prueba clave es cargar con el peso de una mochila de 20 kilogramos durante casi cinco kilómetros, en menos de 45 minutos.

Como aquel pequeño mamífero, los zacatuches deben saber desplazarse por sitios donde no hay caminos y donde probablemente nunca se haya desplazado nadie. Son los combatientes del fuego, responsables de acabar con las llamas que amenazan especies, ecosistemas enteros y, muchas veces, la vida humana.

APTITUD Y VALENTÍA

“El personal con el que contamos tiene la aptitud física necesaria porque se requiere de un alto requerimiento de condición para ellos. Es un nivel arduo para hacerle frente a los incendios forestales, por el desgaste de subir, caminar, bajar sobre las cuestas, cargar con el equipo y herramientas”, explica Raymundo Rosales Martínez, director del Centro Estatal de

Emergencias y Contingencias Ambientales (CEECA) de Morelos, donde cerca de 30 combatientes, durante todo el año, acuden a las llamas, arriesgando sus vidas, de los incendios forestales.

PELIGRO INMINENTE

En abril de 2021 un incendio arrasó con más de 350 hectáreas del paraje de Malinalapa, barrio de Santo Domingo, en Tepoztlán.

Fue uno de los momentos de mayor angustia que ha vivido Rosales, quien estaba al frente del operativo que intentaba contra todo pronóstico apagar las llamas y que la comunidad estuviera a salvo.

“De repente, esa brigada no quiso atender las recomendaciones de nuestro personal oficial, transitó por sitios que no eran y tomó decisiones que no se debían tomar. El incendio ‘explotó’, se propagó muy rápido y temíamos lo peor, porque no nos contestaban, ya no se tenía comunicación con ellos”, recuerda Raymundo.

En la vida de un zacatuche, como se les llama a los brigadistas del CEECA, el peligro puede estar en todas partes. Ello explica el rigor previo a la llegada de cada nuevo miembro, con varias capacitaciones que los voluntarios deben cumplir forzadamente, más allá de si tienen la condición o edad recomendable para el trabajo.

“La edad es un parámetro, y recomendablemente es de los 18 a los 50 años, pero ha venido gente que es de los pueblos, que saben utilizar las herramientas y andar en el campo, y algunos de ellos tienen 60 años o más, y tienen mejor condición que los chavos”, reconoce el director.

HERRAMIENTAS DE TRABAJO

Para un zacatuche las herramientas básicas del trabajo son: camisola, que les da visibilidad desde la distancia; pantalón, casco, lentes de seguridad, guantes, una mochila para su equipo personal, botas de campo, herramientas de comunicación, palas, azadones, machetes y otras especializadas, así como un poco de alimentos y agua. Con eso sobre la espalda salen todo el año adonde los llaman, especialmente durante marzo y abril, cuando la sequía impera y las llamas se desatan.