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Un apasionado karateca que realiza labor altruista

El sensei ha sacado adelante a varios alumnos con lesiones causadas por accidentes automovilísticos, pues a través del arte marcial se pueden aplicar terapias físicas para una recuperación más adecuada

ÓSCAR GARAGUI

El karate, además de ser una disciplina deportiva de defensa personal, también puede servir para ayudar en la recuperación física de personas que hayan padecido lesiones producto de algún accidente automovilístico, consideró el maestro César Lucero Chalpeño, cinta negra en cuarto Dan.

Con más de 46 años de practicar el arte marcial de origen nipón y 37 de enseñarlo, en esa larga trayectoria ha sido maestro de una cantidad incontable de alumnos de todas edades y de diferentes condiciones físicas y económicas.

“Algunos han seguido la práctica hasta convertirse en cintas negras sin importar los recursos; otros no continuaron, pero es una gran satisfacción encontrarlos en las calles y que te saluden con respeto”.

EL PRIMER MAESTRO

Desde que abrió su escuela el 15 de julio de 1985 ha visto germinar la semilla del conocimiento en el arte marcial japonés:

“Es tan importante ese primer maestro que uno tiene para agarrar confianza y poder desarrollar la disciplina, fue mi caso con el maestro Fernando Moreno en la escuela Toyama de Cuautla; después de ocho años empecé a dar clases y desde entonces he tenido a muchos alumnos que iniciaron conmigo y pudimos sacarlos adelante aprendiendo el karate”. El maestro indica que si bien la enseñanza de esta

El profesor y otras disciplinas no es gratuita, en su caso siempre ha tendido la mano a la gente que no tiene dinero para aprender.

DAR SIN ESPERAR RECIBIR

Entrevistado en su dojo en la colonia Ignacio Zaragoza de Cuautla, dijo anteponer su pasión por enseñar al interés económico, ya que por su escuela han desfilado alumnos de muy escasos recursos que los ha becado al 100 por ciento.

“He dado clases a gente que no tiene dinero pero sí muchas ganas de aprender, eso lo hago porque yo también de niño no tenía recursos y en su momento me apoyaron; por eso ahora que puedo también lo hago, claro, no es para devolverle el favor a esa persona que me ayudó, sino como una manera de agradecer a la vida”.

En la entrada de su escuela Karate Tadashiy-do, una de las pocas en Cuautla y enmorelos que aplica el estilo del karate do tradicional, tiene un recinto de honor como tributo a los alumnos más destacados que han pasado por su escuela. En más de medio centenar de tablitas de madera (de no más de 20 centímetros de largo por 3 de ancho), tiene grabados lo nombres de cada uno de ellos en japonés.

En la entrada de su escuela Karate Tadashiy-do, una de las pocas en Cuautla y en Morelos que aplica el estilo del karate do tradicional, tiene un recinto de honor donde rinde tributo a los alumnos más destacados que han pasado por su escuela

CÉSAR LUCERO CINTA NEGRA EN CUARTO DAN Y PROFESOR DE KARATE DO

Destacan los nombres de dos de ellos que al pie tienen grabada una cruz que indica que ya se han adelantado en el camino. Uno es el nombre de su padre Francisco Lucero González, y el otro es el Hanshi (Gran Maestro) Ángel Márquez López, director de la organización Toyama que trajo de Japón a México la técnica Shudokan del GM Toyama Kanken.

También en ese lugar muy especial están los nombres de otros de sus maestros que se han adelantado de manera reciente durante la pandemia, los hermanos Fernando, Arturo y Jorge Moreno Quiroz de la escuela Toyama, la primera que existió de karate do en Cuautla.

UNA ESCUELA CONSTRUIDA CON SUS PROPIAS MANOS

En su escuela lucen desde el piso que es de madera y fomi para amortiguar el impacto en las articulaciones, principalmente las rodillas, hasta los aparatos llamados makiwaras (en japonés) para entrenamiento, hechos todos con sus propias manos, los más recientes fueron colocados en un área a la entrada que recientemente reinauguró.

“Son 15 makiwaras los que tengo en el dojo, todos hechos con mis propias manos de diferentes materiales y durezas, como madera y bambú. Son herramientas muy primitivas empleadas en el karate tradicional para desarrollar diferentes habilidades entre los alumnos”.

CÚMULO DE RECUERDOS Y EXPERIENCIAS VIVIDAS

Durante su vida marcial, Lucero Chalpeño también participó en varias exhibiciones, incluidos riesgosos rompimientos, hecho en desfiles del 20 de noviembre en Cuautla, y en eventos que se programaron en diferentes municipios del estado, incluido el Centro Vacacional Oaxtepec donde trabajó.

Los actos más peligrosos y rudos, como realizar cortes de un pepino con una katana en la tráquea de su propio hijo, romper una barra de hielo con la frente, rompimiento de boquillas de botellas con las manos, o hasta 10 ladrillos rodeados de fuego, son algunas de las experiencias que ha realizado.

“Son exhibiciones que pocos hacen y para eso se requiere de un gran trabajo físico-atlético; el corte sobre la garganta de mi hijo lo hice tres veces, no más, todo esto durante unos 10 años que realicé este tipo de exhibiciones extremas”, comentó.

LA RUDEZA DE UN ARTE MARCIAL

El sensei informó que, a pesar de su rudeza, el karate puede ser utilizado como terapia para superar algunas lesiones a través del fortalecimiento físico.

“He tenido alumnos que han sufrido accidentes y que llegaron aquí porque los propios médicos les han recomendado practicar una disciplina como el karate, creo fielmente que este deporte les ayuda mucho; los que he tenido se han recuperado a través de la mejora física y mental que tienen con el karate.

Gente que ha sufrido accidentes automovilísticos han venido para tener una mejor recuperación a través del ejercicio, igual la que tiene problemas con el nervio ciático, e incluso gente que sufre de convulsiones.

El karate les ayuda mucho mediante las formas correctas de respirar, les permite estar más tranquilos, con ejercicios también en los que no se carga peso, así han llegado aquí, solo a recuperarse y luego se van, otros se han quedado porque les gusta”, puntualizó.

Esto

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2022-07-04T07:00:00.0000000Z

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