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Un déjà vu gourmet mundo azteca Queridos al

Lectores,

@guerrerochipres

Qhoy les traigo tan sólo guisos y sus elementos con que los cocinaban para que se den cuenta lo sano de su alimentación cuya base está compuesta por una de las más de 60 variedades del maíz, frijol, aguacate, chiles, nopales, tomate, limas, tunas, hongos, cacao, calabaza entre muchos otros elementos endémicos que Mesoamérica brindó al mundo.

Y lo recuerdo ahora, porque se acaba de llevar a cabo el 2o. Encuentro de cocineras tradicionales de Morelos en el Centro Cultural del Jardín Borda aquí en Cuernavaca. De verdad, fue un placer observar los distintos guisados, dependiendo de la zona de donde provenían, sobre preciosas cazuelas y ollas de barro con y sobre los utensilios originales usados por los antiguos mexicanos y la sorpresa fue que los aztecas o mexicas usaban casi lo mismo que hoy como como el comal, el metate, las ollas de barro, las jícaras de guaje y bules sobre un fogón o tlecuil.

Y como bien sabemos la cocina prehispánica se creó en su lucha por sobrevivir por lo que aprendieron a optimizar los recursos animales, vegetales y minerales que tenían las distintas regiones y así crearon comidas las más de las veces saludables y balanceadas. De los granos, animales, peces y algas, también llamadas estas últimas tecuitlatl, que recogían de la superficie del lago Texcoco obtenían las proteínas suficientes para una alimentación saludable. La casa típica mesoamericana contaba con una sola habitación cerrada donde se realizaban todas las actividades.

La cocina no fue la excepción; esta se componía únicamente de tres o cuatro piedras acomodadas en círculo a nivel del piso que fungían como fogón. Se cree que dicho espacio era sagrado, pues ahí era donde se producía el fuego que representaba ue al dios Xiuhtecutli también llamado Huehuetéotl (dios del fuego viejo) que les brindaban el calor benéfico para los hogares y los enseres más usados, vean si no: Metates (base de piedra rectangular con tres patas dos traseras y una delantera más baja además de una mano o rodillo de la misma piedra con el que molían los alimentos sobre su superficie rugosa. Así se molían los granos de elote para hacer la masa de las tortillas, los tamales y el atole, los granos de cacao para elaborar bebidas chocolatosas, etc. Otro era el molcajete, similar a un mortero actual pero hecho de piedra porosa sostenido sobre tres patas. Incluía también una piedra del tamaño de la mano llamado tejolote o temólchin. Se usaba, como hoy, para hacer salsas suaves. El comal que era un disco de barro cocido de 50 centímetros de diámetros se colocaba sobre unas piedras, debajo ardía el fuego y servía para cocer las tortillas, también se usaba como sostén para calentar agua que guardaban en Tecontamalli: que era una olla de barro que servía para cocer los tamales. Jarras y ollas de barro cocido para cocinar y guardar semillas como: el tecómitl (olla de dos orejas). Había otras más grandes llamadas Nacapahuaxoni, para cocer carnes. O el Tecontapayulli (olla de gran vientre); Acómitl (tinaja para agua). Huey cómitl (tinaja de barro. Tecocotontli (vasos pequeños de barro). Zoquitecómatl (vaso de barro). Guajes, tecomates (jícaras) y otras calabazas huecas para almacenar líquidos.

www.elsoldecuernavaca.com.mx púbica, encaminada al bienestar de las y los ciudadanos, la seguridad pública debe ser entendida como una condición ineludible para el desarrollo económico.

Los empresarios de todos los niveles y la ciudadanía necesitan de un clima de seguridad para la reactivación económica, ahora que las condiciones sanitarias permiten volver a las actividades en situaciones muy similares a las que había antes de la pandemia.

Diversos estudios han demostrado una estrecha relación, por ejemplo, entre el incremento en los homicidios dolosos y un descenso en el Producto Interno Bruto de los estados.

Frances Stewart, directora del Centro de Investigación sobre Desigualdad, Seguridad Humana y Etnias de la Universidad de Oxford, establece que la inseguridad y los conflictos violentos tienen consecuencias adversas sobre el crecimiento económico, a la vez que un desarrollo desequilibrado implica situaciones de inseguridad.

Una encuesta del Banco de México, realizada el mes pasado entre especialistas en materia económica, indica que un factor que podría afectar el desarrollo actual del país es la inseguridad pública, a la

prehispánica,unos

fíjense

que

es

tan

rica

la

gastronomía

que asignan un alto valor de la economía.

En Morelos, uno de los pendientes del gobierno de Cuauhtémoc Blanco es precisamente la mejoría en la seguridad. Homicidios, feminicidios, robo de vehículo son delitos que requieren atención efectiva y poner el centro a la ciudadanía. Cada crimen o hurto que se comete va en detrimento de la confianza.

De acuerdo con las mediciones que realiza el INEGI, tres de cada cuatro habitantes mayores de 18 años no se sienten seguros. entre las limitantes

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Análisis

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2021-10-18T07:00:00.0000000Z

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