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Brenda Valderrama

La poliomielitis es una enfermedad paralizante provocada por el poliovirus.

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El genoma de este virus contiene una sola molécula de ARN de 7,500 bases de longitud y codifica para diez proteínas, seis funcionales y cuatro estructurales que son las que forman su cubierta, la cual no presenta envoltura, por lo que es uno de los más sencillos y pequeños que se conocen.

El polioviris infecta humanos, primates superiores y monos del viejo mundo, sin embargo, solo los humanos presentan la enfermedad. La vía de contagio es a través de la ingesta de agua contaminada y el punto de entrada al organismo son las células del tracto intestinal. El ciclo de vida del virus es de 4 a 6 horas durante las cuales cada célula infectada generará más de diez mil viriones los cuales se liberarán junto con las heces.

El 95% de las personas infectadas presentarán un cuadro asintomático, en 4-5% de los casos el virus se esparcirá por el organismo provocando síntomas ligeros como fiebre, dolor de cabeza y dolor de garganta, llegando a confundirse con los de un catarro. En solamente uno o dos de cada cien casos el virus se esparcirá por el sistema nervioso central destruyendo selectivamente neuronas motoras lo cual provoca parálisis, temporal o permanente, y en los casos más graves paro respiratorio y muerte. Las personas más susceptibles a la enfermedad son los menores de 5 años.

Existen dos tipos de vacuna contra la poliomielitis, una intramuscular desarrollada por Jonas Salk y otra oral que aprovecha la vía natural de infección del virus, ésta última fue desarrollada por Albert Sabin. El uso coordinado de ambas vacunas en campañas masivas de vacunación logró reducir el número de casos de parálisis provocada por el poliovirus en el mundo de 460 mil en 1980 a 4,500 en 1997, manteniéndose estable hasta 2020 cuando de reportan solamente 1,800, ninguno de ellos en el continente Americano, donde se consideraba erradicada desde 1984 hasta este año.

Como se mencionó arriba, el poliovirus también infecta primates pero sin enfermarlos, por lo cual resultan ser su reservorio natural, pudiéndose transmitirse a los humanos en cualquier momento. La Organización Mundial de la Salud tiene una campaña permanente de identificación de estos casos que denomina “salvajes”. También existe la posibilidad que el virus atenuado que se aplica como vacuna reactive su capacidad de infección.

Los únicos países que todavía presentan casos regulares de polio son Afganistán y Pakistán.

Sin embargo, en el transcurso de los últimos meses se volvieron a presentar casos de parálisis ocasionados por poliovirus en Nueva York e Israel. Esto coincide con un incremento sustancial del virus en aguas residuales en estos lugares y también en la ciudad de Londres.

A partir de estas observaciones la Organización Mundial de la Salud ha emitido una alerta en prevención al regreso de esta enfermedad. La preocupación ocurre básicamente porque al transmitirse por ingesta de agua contaminada, aunque los casos de personas vacunadas sean muy pocos y dispersos, el riesgo de infección es muy alto.

Afortunadamente, hasta ahora las vacunas existentes contra la poliomielitis protegen contra la variedad original del virus y también contra las “salvajes”. En México la cobertura histórica de vacunación contra esta enfermedad había sido satisfactoria. Entre 1998 y 2012 todos los menores de un año recibieron su dosis completa en tiempo. Entre 2013 y 2019 hubo una ligera reducción, dejando fuera del esquema de protección a uno de cada diez menores de un año.

A partir de esa fecha la cobertura se contrajo todavía más y para 2022 la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición indica que tres de cada diez menores de un año no ha recibido la vacuna. Como la dosis contra la poliomielitis se aplica actualmente como parte de la pentavalente, este dato significa que estos menores tampoco están protegidos contra otras enfermedades infecciosas como difteria, tosferina, tétanos e infecciones producidas por Haemophilus Influenzae tipo b.

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2022-09-26T07:00:00.0000000Z

2022-09-26T07:00:00.0000000Z

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