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Adriana Guzmán

La democracia es un tema que nos compete a todas y todos y una reforma electoral, obviamente, requiere de elevar el debate, tener altura de miras y profundizar más allá de los ataques a la figura del presidente.

En días pasados se realizó una marcha en defensa del Instituto Nacional Electoral (INE), que si bien no fue reprimida, sí fue el centro de atención, por la cantidad de argumentos superficiales, rayando algunos en los insultos clasistas y racistas.

Es decir, los opositores al actual presidente de la República aprovecharon la ausencia de elementos de debate para reunir a sus grupos conservadores y pretender demostrar que hay una creciente oposición al gobierno que encabeza Andrés Manuel López Obrador.

Pero ante los ojos de muchas personas, como yo, aquello no fue una muestra de franca oposición, sino un acto desesperado por congregar gente que respalde su fallido proyecto de nación que perdió en las urnas y sigue moralmente derrotado.

Los diversos liderazgos del conservadurismo se empeñan en decir que “se va a desmantelar el INE”, lo que es falso, pues en su composición fundamental, seguirá siendo un órgano autónomo dedicado a garantizar la imparcialidad en la contienda electoral. En ninguna parte se propone que el Instituto Nacional Electoral y de Consultas (INEC) se someta a alguna secretaría de Estado, como ocurría hasta 1988.

En Guanajuato, de inmediato alzaron la voz contra la desaparición de los Organismos Públicos Locales Electorales, que para quienes sostenemos la necesidad de la reforma electoral, no es más que un adelgazamiento de la burocracia. Queremos reducir gastos innecesarios por la duplicidad de funciones y poner esos recursos en programas sociales para los más necesitados.

Y no es algo personal, ni va contra alguna persona en particular, sino que se requieren más recursos para poder reducir la brecha entre los que más tienen y los que más necesitan. Es cosa de justicia social.

Realmente, lo que ocurre en quienes “defienden al INE” es una actitud de despecho. Los que representan esa burocracia dorada, como Lorenzo Córdova, con sueldos de más de 200 mil pesos al mes, creen que son fundamentales para el país y que su servicio vale más que sus increíbles sueldos, algo muy lejano a la realidad.

Nosotras y nosotros, quienes hemos construido democracia por la vía pacífica, sabemos de la importancia de la movilización, del respaldo popular y desde ahí generamos la presión o el empuje transformador.

No buscamos colocarnos por encima de la mayoría. Es decir, no buscamos privilegios, pretendemos igualdad ante la ley y equidad de oportunidades.

Someter a elección a las y los consejeros es fracturar solo sus privilegios. Es mentira que se vaya a fracturar a todo un instituto electoral, porque por encima de las personas están las instituciones.

Es una deuda histórica y vamos a continuar en la lucha por cerrar la brecha entre los privilegiados y los que menos tienen. Y si en el camino se tiene que profundizar el mecanismo de elección popular, haciendo modificaciones al Instituto Nacional Electoral, lo seguiremos haciendo.

Y cito por último a José Woldenberg, que fue el único orador en la Ciudad de México en la marcha convocada con el lema “el INE no se toca”: “las minorías de ayer son las mayorías de hoy”. Es decir, en Morena celebramos que los fifís, conservadores, al fin hayan entendido que no bastan sus apellidos rimbombantes para imponer su voluntad, sino que se requiere de un amplio respaldo popular que apenas, poco a poquito, van construyendo, pero a base de mentiras.

Lo que honestamente vemos en los opositores a la Reforma Electoral impulsada por el Poder Ejecutivo es una actitud de despecho, porque aún no pueden creer que su “capacidad intelectual” no sea reconocida en el México donde prevalece la máxima “por el bien de todos, primero los pobres”.

Presidenta del Comité Ejecutivo Estatal de Morena en Guanajuato

En Guanajuato, de inmediato alzaron la voz contra la desaparición de los Organismos Públicos Locales Electorales, que para quienes sostenemos la necesidad de la reforma electoral, no es más que un adelgazamiento de la burocracia.

Realmente, lo que ocurre en quienes “defienden al INE” es una actitud de despecho. Los que representan esa burocracia dorada, como Lorenzo Córdova, con sueldos de más de 200 mil pesos al mes, creen que son fundamentales para el país y que su servicio vale más que sus increíbles sueldos

Presidenta del Comité Ejecutivo Estatal de Morena en Guanajuato @79adrix

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2022-11-25T08:00:00.0000000Z

2022-11-25T08:00:00.0000000Z

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